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ㅡ¿Dónde lo tienen? ㅡel conjunto de inocencia y confusión que expresaban sus rostros eran tan aparentemente reales que me hicieron reconsiderar las cosas por un segundo, mierda no, ellos no eran inocentes.
ㅡ¿Tener qué? ㅡrespondió Minha a la defensiva mientras se cruzaba de brazos e intentaba no desviarme la mirada.
ㅡLas grabaciones... ㅡdivagué mi mirada hasta encontrarme con aquellos oscuros ojosㅡ ...De Jimin ㅡcompleté un tanto insistente.
La forma inquietante en la que su manzana de Adan se movió me hizo pasar desvergonzadamente mis ojos por toda el área de su blanquecina piel, los lunares que adornaban ésta me hacían sentir desesperación, quería posar mis labios por cada pequeño detalle que perteneciera a su persona.
Yo quería...Demonios, yo quería besarlo.
Joder no, no era el momento adecuado, pero mierda, ninguno lo sería.
ㅡ¿M-mis grabaciones? ㅡintentó de nuevo actuar inocencia, y si no fuera porque ya sabía que él era por naturaleza así, créanme cuando les digo que me hubieran hecho retractarme, pero no, él era él, con su faceta inocente, molesta e indiferente, y yo era yo, con mi grata capacidad para no caer en sus encantos, o bueno, no vistosamente.
ㅡJoder, solo entrégenmelos de una maldita vez ㅡgruñí al empezar a sentir como esto se volvía cada vez más frustrante.
De repente esto ya no era por ver todos aquellos pequeños recuerdos que nos había dejado mi papá, esto era aún más personal, ahora lo único que quería era ver porque tanto escándalo por unas absurdas grabaciones.
Porque dios, un pequeño Jimin fan de las galletas no era tan malo por ningún lado en el que se viera, y seguía sin entender su frustrante drama.
ㅡNo, son mías, no te las daré ㅡrespondió Jimin intentando fracasadamente ser un poco demandante.
Bufé.
ㅡSon de mi papá, joder, y si fueran tuyas no entiendo porque tanto puto egoísmo ㅡespeté a tal punto en el que por un momento la idea de besarlo había sido totalmente cambiada con golpear su bello rostro.
ㅡY-yo... ㅡintentó hablar, pero al recibir la molesta mirada que le dirigí calló inmediatamente volviendo a tragar duro y desviando sus hermosos ojos de mí.
Demonios, recién empezaba esta pelea y ya había asustado al chico lindo.
ㅡ¡Ya llegué! ㅡcanturreo Jungkook mientras hacía su aparición por la puerta principal y veía al trío de estúpidos reunidos al inicio de las escaleras.
Para ser exactos, Jimin y Minha me obstruían el paso.
