Sebastián- Hola, no grites, los otros dos están durmiendo—me dice en voz baja y colocando un dedo encima de sus labios—.
Annie- Oki.
Sebastián- ¿Qué hacemos?
Annie- La verdad no se, estoy aburrida—digo dejándole caer en el sillón—.
Sebastián- ¿Querés que hagamos la cena de hoy?
Annie- Pero vos solo sabes cocinar fideos.
Sebastián- Enseñame a cocinar.
Annie- okay, intentaré enseñarte a cocinar—digo levantándome—.
Sebastián- Y... ¿Qué vamos a cocinar?
Annie- Que te parece... ¿Croquetas de arroz?
Sebastián- Ñeee—dice sin convicción—.
Annie- ¿Tacos?
Sebastián- ¡Siii!
Empiezo a anotar en un papel lo que necesito para hacerlos y cuando termino se lo doy.
Annie- Tomá.
Sebastián- ¿Que es esto?—dice confundido—.
Annie- La lista de las compras—digo obvia—.
Sebastián- Okay, ya vengo—dice agarrando sus llaves y yendo a comprar las cosas—.
Mientras esperaba a que llegue Sebas empecé a preparar algunos rellenos para los tacos, pasados unos 20 minutos, llegó Sebas.
Sebastian- Hola, toma todas las cosas y hace tu magia.
Annie- ¡¿No era que cocinariamos los dos?!
Sebastián- Cambie de opinión—dice encogiéndose de hombros y saliendo de la cocina—.
Annie- Bueno... ¡Ahora vos no comes!
Sebastián- Era un chiste—dice volviendo y con cara de disculpa—.
Annie- Ah, oki—digo sonriendo y viéndolo negando con la cabeza—.
Annie- Prepará la masa, yo voy a hacer más relleno.
Sebastián- Okay.
(...)
Terminamos de hacer los tacos y ya siendo como las 19:30 se nos ocurrió una idea para despertar a los chicos. Agarramos dos baldes, los llenamos de agua, y Sebas fue a la habitación de Matías y yo fui a la de Fede.
Federico y Matías- Los vamos a matar.
Annie- Relájense, por lo menos hicimos comida—digo tratando de que entren en razón—.
Federico y Matías- ¿Sebastián cocina....?—preguntan sorprendidos—.
Sebastián- ¡Si! ¡Al menos ahora si!, hicimos tacos.
Federico- ¿Y que estamos esperando? ¡A comer!
Cuando terminamos de comer fuimos a ver una película de dos horas y media, cuando recien paso una hora, me quede dormida en el hombro de Matías, después de eso no recuerdo nada .
Narra Federico
Pasando una hora de la película que estábamos mirando, Annie se durmió en el hombro de Matías. Cuando la vimos la cargamos hasta su habitación y la dejamos en la cama.
(...)
A la mañana siguiente.
Narra Annie
Me levanto, me baño y me pongo esto:
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Bajo las escaleras y veo que Sebastián esta intentando que no le salgan quemados los panqueques.
Annie- ¿Que tal están quedando los panqueques?—pregunto llegando a su lado—.
Sebastián- Supongo que bien—dice encogiéndose de hombros.
Annie- No se ven mal para la primera vez.
Sebastián- Proba uno—me dá uno—.
Annie- Okay, espera que me voy a lavar las manos.
Me fui a lavar las manos y le dije a Sebas que iría a comer el panqueques en mi cuarto, dije eso sólo para volver a leer la carta y ver si conocía la letra.
Sebastián- ¡Annie..! ¡Llegó otra carta para vos...!
Sebas me la trajo y se fue a seguir haciendo panqueques.
La carta dice:
Hola soy yo otra vez...
Lo sé, todavía no saves quien soy, pero... Si queres conocerme deje mi dirección al final para que me mandes una carta para encontrarnos en algún lugar. Si no queres conocerme lo aceptaré, claro, no se si tus hermanos te permitirán que seas mi novia, no se si les vas a tener que mentir a tus hermanos, pero... No quiero que tengas problemas con ellos. Te quiero
Mi dirección es: ●●●●●●● ••••
Yo por supuesto quiero saber quién es, y obviamente mis hermanos no me van a dejar ir a conocer a un chico, bueno, el dice que ya lo conozco, le voy a mandar una carta...
Hola soy Annie, quiero conocerte o saber quién sos, nos podemos encontrar en la plaza que está frente a tu casa, tal vez podamos estar apenas una hora o minutos, por mis hermanos, nos vemos mañana a las 4:30 pm. Te espero. ANNIE
Lleve la carta al correo para que la mandaran a su dirección y después volví a casa.
Baje las escaleras, todo el día me quedé pensando en quién podía ser el chico, hasta en la noche soñaba con eso.
(...)
Al día siguiente
Me levanto nerviosa, me baño y me pongo esta ropa:
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Les pedí a mis hermanos que me dejaran ir a la plaza a las 4:30, me dijeron que si.
Se hicieron las cuatro y media, fui a la plaza y el chico estaba atrás de un árbol, así que no le veía la cara. Cuando le di la vuelta a el árbol le vi la cara y quedé muy sorprendida.
