CAPITULO VI

71 7 0
                                    


Como puede la vida ser tal miserable, porque los seres humanos somos tan crueles, nos hacemos sufrir unos a otros.

Todo fue muy bello par ser verdad, todo iba bien entre nosotros hasta que comenzaste nuevamente a llegar tarde, cuando estábamos en casa tu no te despegabas del teléfono, ya ni me tocabas como solías hacerlo. Te alegue para que dejas el maldito teléfono por un rato, te enojaste, me dijiste que eran cosas de la empresa. Y así comenzamos a pelearnos casi todos los días, empezamos a dormir separado, ya no aguantaba más, te tenia mucha rabia por ponerle más atención al teléfono que a mí. Un día te encerraste en el baño por mas de dos horas hablando no se con quién.

Ya no quiero estar en casa, ya no tengo fuerzas para seguir discutiendo contigo. Entro a casa y esta vacía, no estas, son mas de las seis de la tarde, ya deberías estar en casa, pero como siempre no estas. No sé en qué momento todo se volvió tan nefasto entre nosotros, desde la ultima vez todo iba bien. No sé si soy yo o tú. Pero ya nada es como antes.

Me preparo un café, me siento en el sofá y me pongo a ver tele. Dejo el canal de cocina, están preparando pollo con relleno de algo verde, esta interesante. Siento un golpe en la puerta, me sobre salto, creo que me quede dormido. Te veo entrar tambaleándote, miro el reloj y son la una de la madrugada.

- hola amor- me miras, y sonríes.

- y tú, ¿dónde estabas? - me levanto y camino hacia ti. Me miras. Tus ojos no enfocan bien.

-yo? Jajaja. En el trabajo, ¿por qué? - pasas al lado mío y te vas a sentar en el sillón, en el proceso chocas con la mesa de centro, casi te caes, pero logras sentarte.

-como que por qué. Son mas de la una. No sabia que la empresa se estaba convirtiendo en un bar. ¡Mira como estas! - me enojo, tu solo te ríes. No se que es lo chistoso que hace que rías. - no te rías maldita sea. No sé qué pasa contigo. No es la primera vez que llegas en este estado.

-no me pasa nada okey! Solo déjame en paz. – me miras o tratas de hacerlo, algo extraño te pasa. Me acerco a ti, y te miro bien, tus ojos están desenfocado. Se que no es borrachera lo que tienes.

- siwon que tomaste? ¿Porque tienes los ojos rojos? - me acerco más, pero me empujas y caigo al suelo.

-te dije que me dejes, no pasa nada. - me miras con odio- hechul, vete no quiero verte.

-no, claro que no me iré, dime que mierda te pasa- me paro y veo que sacas tu teléfono y comienzas a teclear, en un impulso de valentía te lo arrebato. – vamos deja el maldito teléfono, que jodidos ocurre siwon. Siempre con el maldito teléfono.

Te enojas y veo que te paras de un salto, tratas de alcanzar el teléfono, yo no te dejo. Me alejo al otro lado del comedor. Veo como te abalanzas sobre mí. Soy más rápido que tú, y corro para el otro lado. Mientras intento ver con quien hablas tanto.

Me sigues por toda la casa, me encierro en nuestro cuarto. Siento como tratas de abrirla, le pongo seguro, sigues aporreando la puerta. Me gritas, me insultas.

Me voy al baño y me encierro. Miro el teléfono, y veo los mensajes, menos mal esta desbloqueado. Me pongo a revisar hasta que encuentro lo que mas temía.

Sentí como mis piernas me fallaban, y caí de rodillas al suelo, mientras sostengo fuertemente el teléfono. Ahí delante tenia las pruebas que tanto temía. Tu me engañabas, tu mi siwon, tienes a otro. Siento como mis lagrimas cae, veo borroso las letras de los textos que se mandaban.

Jamás quise controlar el teléfono de siwon, como las otras parejas. Debí hacerlo, como se burlarían de mi. Pobre estúpido de mí.

Me voy a la galería de fotos, y los veo juntos, veo la cara del otro, el que me quito lo que es mio, sonríe a la cámara como lo hace siwon, ahí mas fotos de ellos, riendo, comiendo, besándose, desnudos, ahí miles de fotos. Ya no puedo más, suelto el teléfono como si quemara, lo veo caer. Me tomo la cabeza, me duele, siento como si un gran peso cae sobre mis hombros, no puedo respirar bien, mi corazón duele.

Mi siwon me engaña y por lo que vi, desde hace mucho tiempo. No se cuánto tiempo estuve encerrado, siento un gran estruendo, y luego alguien grita mi nombre, es siwon lose, comienza a golpear la puerta, exigiendo su teléfono, miro hacia abajo y lo veo, alumbra unas de las tantas fotos, donde el esta con otro. Una rabia emana desde dentro. Lo recojo y abro la puerta.

Ahí estas tu mirando con odio y rabia, tus ojos aún están rojos. Me miras y luego ves el teléfono en mi mano.

-pésame mi teléfono hechul.-lo dices con los dientes apretados, estas enojado lose.

-lo quieres? ¡Bien te lo daré, pero antes dime quien es el! - te miro a los ojos. Y te muestro la foto. Tu no dices nada, te quedas callado- dime maldita sea!, Desdés cuando, desde cuando me engañas siwon!- dime!- te grito. Lanzo tu teléfono contra la pared. Se parte, se hace añicos.

-que mierda has hecho- me gritas y siento algo chocar contra mi mejilla. Es tu mano. Me has golpeado, me duele y caigo al suelo. Duele. - que mierda te crees, he. ¡Que mierda te crees, mira lo que has hecho! - me vuelves a gritar, mientras agarras mi camisa, siento como otro golpe cae en mi labio, siento el metal en mi boca. Me sueltas y vas donde esta tu teléfono.

Lloro mientras te veo acercarte a mí, me tomas del pelo y me vuelves a golpear.

-mira como lo dejaste, maldita sea! - otro golpe, esta vez en el estómago.

-para por favor siwon, para- te digo entre sollozo, - duele, para por favor- siento otro golpe en el estómago, me hace toser de dolor-

No me escuchas, la ira te consume, tus ojos apenas enfocan bien, te paras y me das una patada en las piernas. Me miras con odio y sales de la pieza, dejas aquí tirado. Siento como sales de casa maldiciendo.

Me hago bolita en el suelo, me duele todo. siento como la sangre cae por mi boca. Lloro y grito de dolor, a pesar de las heridas en mi cuerpo, lo que mas me duele es el engaño de siwon, que no fue capas de darme una explicación, en vez de eso me golpeo, hasta mas no poder, me duele el corazón, me dio una caricia que jamás pensé en tener de su parte.

Sigo llorando por lo que parece una eternidad, me levanto como puedo y llamo a mi amigo. Después de un rato siento unos golpes en la puerta, como puedo camino hacia allá y abro.

-dios mío, hechul que te paso- me sostiene mientras caminamos al comedor, no digo nada. - dime que paso. - me exige.

-siwon- logro decir- el, el se enojó- veo el suelo, mientras trato de articular algunas palabras. - yo, yo, lo hice enojar- levanto la mirada- yo, yo, él se fue.

-mierda, pero que se cree, joder mira como estas, ven vamos, iremos a un hospital.

-espera, me duele- lo agarró del brazo- yesug el, el me engaña- siento como caen mis lagrimas- desde hace mucho- me braza y rompo a llorar de nuevo.

Como fue que las cosas terminaron de esta manera. Como puedo hacerme esto. Porque las personas son tan crueles. Jamás pensé en terminar de esta manera. Que irónico que el amor de mi vida me diera una caricia tan cruel. Una caricia que nadie debería recibir nunca, pero aquí estoy, con su última caricia, y sé que después de esto no hay vuelta atrás. 

Mi Tormenta (SiChul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora