Lentamente la droga del amor te mata y tu nunca te das cuenta de eso, es lento y despiadado. Pero todos son felices con esa droga, desde pequeños nos la dan nuestros padres y nos enseñan a vivir con ella, pero lo que nunca hacen es enseñarnos a sobrevivir cuando esa droga te hace mal, ese dolor tan insoportable que te causa cuando te la quitan, algunos son capaces de sobrevivir y otros simplemente buscan la salida más corta.
Siempre uno se reúsa a ese sentimiento, llamado amor, siempre vivimos con el temor de amar y no ser correspondido, o lo contrario tenemos a nuestra otra mitad, pero vivimos con el temor de ser engañados. Siempre pensé que el amor era algo bueno, algo cálido que recorre tu cuerpo cuanto estas con la persona indicada. Pero al final cada uno tiene su propio final, siempre he pensado que correr el riesgo vale la pena, para bien o para mal. Yo corrí el riesgo y todo acabo mal.
Han pasado ya cinco días desde ese fatídico día, estuve en el hospital en observación por 24 horas, solo por precaución ya que los golpes puede que allá daño en algún órgano interno, por suerte nada de eso sucedió, supongo que siwon no me golpeo tan fuerte. después de eso, me dieron el alta y me vine a casa de yesung.
En estos cinco días en no ha llamado y mucho menos ha enviado algún mensaje, no he sabido nada de él, y por un lado esta bien, aun no estoy preparado para enfrentarlo, pero mi lado masoquista se preocupa por él, me duele el no saber como esta, el no tener noticias de él, a pesar de lo que paso aun le amo y solo quiero una explicación por lo sucedido. Estúpidamente aun tengo fe en nosotros y me ilusiono cada que suena mi teléfono, pero nunca es el.
-como estas amigo- es yegung quien me habla, yo miro por la ventana, afuera es un día cálido, los niños juegan junto a sus padres.
-bien, estoy mejor- respondo, mientras sigo mirando por la ventana, realmente es un buen día. Tal vez debería salir a dar una vuelta, no he salido desde que Sali del hospital.
-me alegro mucho amigo mío- me dio un golpecito en la espalda- sabes la oficina es un caos sin ti
-lo siento por dejar todo un desastre- le respondo mientras lo miro de reojo. Tuve que tirar licencia y dejar todo en manos de yesung con el proyecto que estábamos realizando.
- no te preocupes, solo bromeo. Pero se te extraña hechul. No puedo seguir el ritmo que tu tenías- ríe y lo imito.
-no se si creerte-lo miro- creo que en poco tiempo estaré de vuelta. Sabes he estado pensado y quiero terminar el proyecto y pedir traslado. - he pensado bastante en dejar todo atrás y escapar a otro lugar. Al que sea. Solo quiero estar en otro país o ciudad.
-estas seguro?.- responde mientras mira por la ventana pensativo- si crees que es mejor para ti, te apoyo. Se por lo que pasaste, estuve contigo todo el tiempo. Supongo. Supongo que será lo mejor. - veo que se tensa al pensar en lo sucedido, y lo entiendo, el encontrarme en tan lamentable estado.
-es lo mejor créeme. Prefiero el lado mas corto. Escapar. - miro el techo mientras digo esas palabras. Escapar. Supongo que es lo mas cobarde que uno puede hacer. Pero no creo poder volver a verlo, sin antes derrumbarme.
-te entiendo. -me dice mientras se da la vuelta- iremos al supermercado, nos acompañas? - me mira y ya sabe mi respuesta.
-no gracias. Creo que saldré a dar una vuelta. Está haciendo buen día. -le sonrío un poco y el asiente
-cuídate, me llamas cualquier cosa- se despide de mi mientras cruza el lumbral.
Me gusta la vida que tiene yesung, es feliz con su pareja. Se ve el amor entre ellos con tal solo mirarlos. Se que alguna vez el y yo estuvimos eso. Pero aún no sé qué sucedió en el trayecto. Por las noches me pregunto si todo fue mi culpa.
Salgo de casa y camino hacia el parque que está cerca de casa de yesung. Me puse una gorra y unos lentes. Aun me quedan algunos moretones de la golpiza en mi rostro, aun que no se notan mucho. Tal vez inconscientemente siwon evito golpear tan fuerte.
El día es agradable, me siento en un banco mientras veo a los niños jugar en los juegos del parque.
Tal vez si hubiera nacido heterosexual ahora tendría una familia como yesung, seria feliz con una esposa y unos niños que andarían revoloteando por todos lados. Pero soy gay y eso no cambiara nada, se que podría esconderme en el armario y formar una familia, pero se que seria incorrecto, se que las personas que no aceptan su sexualidad hacen sufrir a sus familias cuando salen a la luz y son sus hijos quienes más sufren, no podría hacer sufrir a esos seres tan inocentes que tienen que pagar los erros de uno.
Quizás algún día conozca a mi otra mitad, pero dudo que eso valla a pasar, no creo poder arriesgarme otra vez, quizás en otra vida lo encuentre, pero desde ahora prefiero estar solo. Terminare mis proyectos y me iré lejos de aquí. Siempre eh querido vivir lejos de la ruidosa ciudad, prefiero la naturaleza, quiero paz. Quizás forme algún tipo de proyecto en algún lugar lejos de la ciudad o si tengo la oportunidad, pueda trabajar desde casa. Con ese pensamiento volví a casa.
Cuando voy llegando a casa siento que alguien me mira, siento una mirada pesada sobre mí. Me doy la vuelta, pero no veo nada. es como si alguien me estuviera siguiendo. Lo sentí desde que Sali de casa. Es algo extraño. Miro hacia todos lados buscando algún indicio, pero nada. quizás me estoy volviendo un poco paranoico, porque hace tiempo no he salido a la calle.
Entro a la casa y los minutos llega yesung y su esposa.
-hey. Pensé que aun estarías dando vueltas afuera- me dice mientras carga con algunas bolsas.
-necesitas ayuda- le digo mientras me acerco para ayudar. Tomo algunas bolsas y la llevo a la cocina- bueno fui solo a dar una vuelta. Sabes creo que mañana volveré al trabajo. Estoy mejor, mientras mas pronto termino el proyecto. Mas pronto podre pedir el traslado.
- suena razonable. Pero sabes que te puedes quedar en mi casa. Nosotros estamos bien con eso, no tenemos problemas con que estés aquí. - me dice mientras ordena las cosas, o asiento.
-si lo sé, pero solo quiero terminar luego con esto. Siento que en cualquier momento me lo encontrare y no podre- lo miro- ya sabes.
-lo sé, no te preocupes, mañana habla con el jefe y dile todo eso- asentí.
-si, encaso de que no se pueda, tendré que renunciar. – el me mira de una forma extraña.
- renunciar? ¿Estas seguro?... digo no estas siendo un poco extremo? – me dice mientras levanta una ceja. sé que él se preocupa por mí, pero ya lo decidí.
-estoy seguro. No te preocupes yesung, todo esta bien. -el asiente- quiero mandas a buscar algunas de mis cosas, algunos planos del proyecto que se quedaron allá. conoces a alguien que pueda ir por ellas.
- yo iré si quieres, solo dime donde están. La última vez que fui por tus cosas el no estaba. Dudo que el se oponga a que tome tus cosas si me lo encuentro – se encoje de hombros mientras me dice eso.
-pensé que estaba en casa cuando fuiste por ellas. – le digo mientras lo miro, el se para y pone una mano en el mostrador.
-no, el no estaba, no te lo dije porque lo consideré inoportuno, dada la situación en la que te encontrabas. El lugar estaba ordenado, creo que había salido hace poco, es lo único que se – me miro para ver mi reacción, yo solo asentí, escondiendo todo indicio de preocupación que pudiera reflejar. Se que yesung lo odia, al principio tenía miedo de que fuera solo, pero el insistió en ir y lo deje.
- esta bien, no importa después de todo, entre nosotros ya todo esta claro. Bien los planos están en el armario blanco, en la pieza de invitado. Son dos estuches negros. – le digo mientras le tiendo las llaves de la casa- solo, no te agarres a golpes con él. Solo déjalo como esta, ya no quiero más problemas. Y le dejas las llaves, creo que ya no las necesitare más- el asiente.
- no te preocupes, no are nada, solo iré por los planos. – me toca el brazo en señal de cariño. Asiento y le ayudo a guardar las cosas. Yesung es como el hermano que nunca tuve. Sera difícil para mi no volver a verlos. Creo que, desde ahora, mis días están contados en esta ciudad.
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Mi Tormenta (SiChul)
Fiksi PenggemarNo fue fácil tomar esa decisión, fueron muchas noches de dolor y llantos, muchas noches en las que el corazón dolía, dolía más que un moreton en el rostro. ya no podía más, nunca pensó que esas manos que algunas vez acunaron su rostro, esas mismo qu...