Capítulo II

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Las clases empezaron en el salón de física, donde en ese momento se encontraba la clase 11-A, Steve copiaba la lección rápidamente en el tablero, mientras sentía el peso de las intensas miradas del 98% de sus alumnos varones. Decía el 98, porque sabía que a Stark no le interesaba para nada estarle mirando el trasero. Era su némesis, después de todo.

Se sentía a salvo donde se encontraba, por que si alguno de sus revolucionados y hormonales alumnos intentaba tocarle, las leyes estarían a su favor. Aunque si a su, propiamente dicho, alumno de cabellera castaña y ojos del mismo color se le ocurría intentar un acto de esta magnitud, no lo tomaría como acoso, sino relación consensuada. Porque vamos, el delito no está en el que, sino en él quién.

Dejando de lado los pensamientos tristes, amorosos y eróticos con su alumno castaña, regreso su atención hacia lo que intentaba explicar.

*****

Si miramos a Anthony Stark, todos pensaríamos que es un estudiante muy aplicado, que presta atención a la clase que dicta su profesor y que su concentración en la lección es absoluta, por la seriedad que se dibuja en sus facciones.

Pero si lo detallaremos analíticamente, podríamos notar la excesiva fuerza que se acumula en los, ahora blancos, nudillos de sus manos, también notaríamos el pequeño salteó de su ceja izquierda, así como su imperceptible respiración agitada, un pequeño tono rosado que cubría sus mejillas y sus piernas cruzadas bajo su escritorio, intentando ocultar un problema que se acrecentaba entre sus piernas.

Dios sabía que estaba intentando prestar atención, pero quien es capaz de concentrarse, cuando aquel rubio malvado, porque no había una descripción que se le asemejará a la tortura que le estaba haciendo pasar, se ponía esos vaqueros tan ceñiditos a sus deliciosas y perfectas piernas, en conjunto con aquella camisa azul rey que se ajustaba perfectamente a su torso y hacia juego perfecto con sus dorados cabellos y sus ojos azules, rematando con aquellos lentes que usaba, dándole un toque absolutamente sensual, provocador y atrevido. Como si con lo anterior no fuera suficiente, se la pasaba paseándose de un lado a otro, registrando la lección y de paso otorgándole tan amplia visión de sus atributos.

¡Joder! En su mente ya lo había tomado y se lo había follado tres veces contra ese insulso tablero. Jamás en su vida había sentido tantas ganas de tocarse como en ese momento, o en su defecto, de levantarse de su asiento e ir a tocar a su sensei de todas las formas habidas y por haber.

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Una vez término de registrar los últimos puntos del taller se giró para explicar el tema, encontrándose con las miradas lascivas y lujuriosas de casi la totalidad de sus alumnos varones, menos la de Stark, el cual consignaba lo escrito en el tablero en su cuaderno. Un suspiro cargado de resignación brotó de sus labios, antes de empezar a explicar la lección.

—bien chicos, vamos a hacer un repaso acerca de algunos conceptos básicos, por ejemplo, el peso, es la fuerza de atracción que la tierra ejerce sobre un objeto— explico el rubio con seriedad.

"es como la fuerza de atracción que ejerce su cuerpo sobre el mío, profesor" pensó el castaño en sus con lujuria.

—el área, es el lugar que ocupa un objeto en un determinado del espacio— explico el rubio.

"como la proporción de mi cuerpo que ocupará el suyo cuando lo haga mío" los pensamientos de nuestro joven castaño volaban lejos, muy lejos, a un mundo donde una cama, el rubio que intentaba enseñarle algo tendido sobre ella, desnudo, sudoroso y rogándole entre gemidos por más, y él, entregándole toda su "tenura" y otras cosas, eran lo único que ocupaba sus oscuros pensamientos.

Mi Profesor De FísicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora