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Comenzabas a llegar tarde a casa, cuando siempre te venías temprano ya que odiabas salir.

Antes hablábamos todo el día, al menos la mayor parte, por mensajes ya que estabas trabajando, siempre te dabas un tiempo para mí.

Pero ya no, ya no tenías tiempo para responder mis mensajes.

Te extrañaba y me preocupaba ya que no sabía nada de ti hasta que llegabas.

Antes no era tan agobiante ni me sentía tan mal, ya que aún llegabas temprano.

Mi corazón se volvía loco al escuchar como abrías las puertas de nuestro hogar.

Me contabas con emoción tu día, a veces habían malos y yo estaba ahí para escucharte y calmarte.

¿Cuándo cambió eso?

De un momento a otro, ya no me contabas lo que había pasado en tu día.

Pero yo te esperaba, te esperaba despierta a pesar de que llegaras a las 3 de la mañana.

Pero no me tomabas en cuenta, compartíamos escasas palabras y ya tenías sueño.

Nuestra costumbre de pedir cinco 'minutitos' se iba.

Yo te lo seguía pidiendo, pero te ibas a dormir de todas formas.

Aún así sentía cálido al abrazarte, mi corazón estallaba de alegría al sólo ver tus ojos cansados, me moría de emoción cuando juntabas tus labios con los míos.

Saliste nuevamente, para el trabajo.

Te dí un pequeño beso, lo correspondiste.

Pero no eran tus labios.

No eran los labios que los míos conocían a la perfección.

No eran los cálidos y acogedores, éstos eran fríos, no me daban la bienvenida.

Te fuiste sin más, ni siquiera te sonrojaste como siempre lo hacías al siquiera mirarte.

¿Qué pasó?

Do You Still Love me? «MiChaeng»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora