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Viernes.

Nuestro amado viernes, aunque ahora sólo era mi amado viernes, ¿Verdad?

Eran las once y llegaste, pero yo ya no quería ver una Película.

Verte sonreír me hacía tentar al llanto.

No podía estar sentada en el mismo lugar que tú y hacer como si no pasara nada.

Fuí a nuestra habitación, aunque ahora parecía sólo mía.

Me seguiste.

"Chae, ¿Qué pasa?"

"Nada."

"No te creo, amas los viernes de películas."

¿Y tú?

Tú también solías amarlos.

"No me siento bien como para ver una Película ahora."

Esperaste, no sé qué, pero te quedaste callada.

"Está bien, te dejo de... molestar, buenas noches."

Y te acostaste sin más.

Ya no eras la misma.

No eras la Mina que me hubiera insistido.

Eran las cuatro, tenía insomnio.

Me volteé a verte, dormías tranquila.

Acaricié tu pelo.

A ti también te encantaba acariciarlo, decías que era sedoso y sin puntas abiertas, y decías que el tuyo era seco y feo.

Me encantaba tu pelo.

Me encanta tu pelo.

¿Ya no te gusta el mío?

¿Por qué ya no lo acaricias?

Tenía tu rostro en frente, tu cuerpo estaba en frente.

Pero no eras tú.

Era sólo tu cuerpo, me sentía como estar acostada con una completa desconocida, que poseía el cuerpo de mi amada.

¿Qué debo hacer?

¿Dejarte sin más? ¿Ignorando y olvidando, haciendo como si no existieran, todos nuestros momentos juntas?

Pareciera que debo hacer eso.

Pero, ¿Cómo?

Do You Still Love me? «MiChaeng»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora