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¿Cómo se suponía que hiciera eso?

No había forma de separarme de ti.

Pero, tenía que hacerlo.

¿Cómo?

Odio que no me digas las cosas, si no me lo dices.

¿Cómo sabré cuándo es el final?

No me amas, ¿Verdad?

¿Qué tan difícil es separarse de mí?

Necesitábamos hablar.

Llegaste a casa, yo te esperaba en la mesa del comedor.

Tú entraste sonriente con ojos cansados, me diste un pequeño beso en los labios.

¿Ahora cómo se supone que lo haga?

Siempre te la ingenias para hacerlo más difícil de lo que es, como si supieras lo que fuera a pasar.

"Mina, ¿Podemos hablar?" Solté temblorosa con mis ojos cerrados, mientras tú estabas de espaldas quitándote la chaqueta.

"Sí." Te sentaste a mi lado y tomaste mis manos, cubriéndolas. Al ver que no decía nada, decidiste hablar tú. "Chaeyoungie, ¿Pasó algo?"

Tragué fuertemente, mientras escuchaba mi fuerte respiración temblorosa.

"Ya no..." Tragué nuevamente, mientras sentía como las lágrimas tentaban a caer y mis manos temblaban. Apretaste más mis manos al sentirlas temblar. Tomé una bocada de aire antes de seguir. "Quitando el hecho de que estuvimos juntas durante años, no hay... Nada que nos mantenga juntas."

"¿Por qué dices eso?" Tu voz temblaba, ¿Realmente estabas preocupada y asustada respecto a romper conmigo? "Creí que ya habíamos hablado de ésto."

"Quiero que terminemos."

"Mira... Podemos conversarlo más antes de que-."

"Ya no hay nada... de qué hablar." Mi voz se rompía cada vez más, tus ojos se comenzaron a poner rojos, dando a notar que ibas a llorar. "Ya no estás enamorada de mí."

"Chaeyoung, yo sí lo estoy." Miraste hacia abajo, temblé de nuevo y solté un poco de aire, controlandome para no llorar.

Con ese simple acto fue un hecho de que no estás enamorada de mí.

Quizás nunca lo estuviste.

"Dime qué me amas...y que quieres pasar el resto de tu vida conmigo." Susurré. Te volteé a mirar, veía como las lágrimas corrían por tus mejillas. "Mírame a los ojos... y dímelo." Mi voz estaba más temblorosa que antes, las lágrimas ya no pudieron quedarse más tiempo en mis ojos.

Levantaste la cabeza y me miraste profundamente a los ojos, esa mirada me hacía derretir, al igual que sufrir.

Tus cejas temblaron y abriste la boca para hablar, pero no salieron palabras.

Más lágrimas comenzaron a caer en mi rostro y en el tuyo.

"Ayer dijiste que me amabas." Mi voz salía ronca.

"Lo sé." Tu voz temblorosa con rastros de tu llanto me rompía el corazón, pero, ¿Qué podía hacer?

"Mírame a los ojos y dime qué ya no me amas."

La situación anterior se repitió, aunque ésta vez sí pudiste decir algo.

"Lo siento." Susurraste mientras llorabas con aún más fuerza.

Más lágrimas comenzaron a caer. Sabía que ya no me amabas.

Pero, ¿Por qué duele tanto a pesar de que ya lo sabía?

"¿Alguna vez me amaste?" Dije con dificultad.

"Sí."

Estuvimos sin hablar por unos minutos, mientras tú seguías llorando, una ira que oculte durante estos años comenzaba a crecer en mí, junto a la tristeza que se hacía cada vez más grande.

"Dijiste que estábamos destinadas." Gruñí y me levanté del asiento, mientras tú levantabas la cabeza para verme. "¡A mí y al mundo entero, pero desearía que NUNCA lo hubieras hecho pues no lo decías en serio!" Bajaste la mirada mientras sollozabas. "¡Les mentiste a tus conocidos, amigos y familiares, diciéndole que no estábamos juntas!" Grité. "Y también me mentiste a mí diciendo que me amabas, que no pasaba nada, haciéndome creer que había una oportunidad entre tú y yo." Murmuré esas palabras mientras mis lágrimas caían más y más. "¡Se terminó, ¿Okey? ¡Se terminó!" Grité esas palabras mientras mis ojos se nublaban, intentaste acercarte a mí pero me alejé empujandote. "¡No me toques! ¡Te odio, te odio!"

"Quise creer que estaba enamorada de ti, me quedé porque pensaba que lo estaba." Tu voz temblorosa me hacía querer llorar más. "Pero cada vez me dí cuenta que no lo estaba."

"Siempre estuve aquí." Mi voz dejaba de sonar cada vez más, se hacia débil al paso de cada una de mis palabras. "¿Por qué... no fue suficiente?"

El silencio imperaba en la habitación una vez más, suspiré para poder hablar nuevamente.

"Podría haberte apoyado toda mi vida." Te miré, tus ojos rojos e hinchados por el llanto me hacían querer abrazarte y no soltarte nunca más, pero no podía hacerlo.

Intenté sonreírte, pero no pude.

Me dí la vuelta y caminé hacia la puerta de nuestro hogar.

"Chaeyoung... Espera." Susurraste con la voz rota, pero te ignoré.

Ya no podía seguir contigo.

Cada vez que te veía mi corazón dolía.

Duele tanto que no puedo respirar.

Do You Still Love me? «MiChaeng»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora