Volveré por ti ·||· YoonMin

Capítulo Tres : "To protect"

Un gran golpe sonó en toda la casa, para después quedar en silencio.

Me desperté rápido al escuchar aquél sonido.

¿Qué podrá ser?

Me pregunté.

Me revolvi el cabello y bostecé, tapándome la boca.

Estaba por levantarme, cuando escuché sollozos.

Ya los conocía, ¿De quién eran?

Pensé y pensé, pero no tenía respuesta aún, tenía demasiado sueño.

Me levanté y abrí la puerta de mi cuarto, para luego ver una escena horrible.

Mi madre yacía en el piso llorando, mientras uno de sus brazos sangraba.

Mi padre sostenía un cuchillo, lleno de sangre, que manchaba el piso.

Actúe rápidamente y corrí dónde mi padre, para luego arrebatarle el cuchillo y darle un combo en la cara.

—¿POR QUÉ LA HAS HERIDO?, MALDITO.

Dije gritando.

Fui donde mi madre y me alarmé.

—¿Q-qué hago?

Dije temblando.

—Hijo, ya nada... es tarde, me desangraré.

—Mamá... no me dejes con este imbécil. ¿Por qué te ha hecho eso?

Pregunté, mientras le acariciaba su cabello.

—Tuvimos una discusión sobre dejar el alcohol, y que deje de serme infiel, pero fue imposible para él. Y me matará para que esté con otras mujeres.

Ella suspiró.

—Hijo, quiero que sigas viviendo, pero no con él, debes vivir solo, no quiero que te haga lo mismo, ¿Está bien?

Me sonrió y me tomó la cara, para luego mirarme a los ojos.

—Mi precioso Yoon Gi

Dijo, ya pálida, con las manos frías, la voz temblorosa, mientras de su brazo, cae un hilo de sangre.

Deja de sostener mi cabeza, mientras su sonrisa se desvanece y sus ojos se cierran.

Su cuerpo cayó rendido en el suelo, con un río de sangre bajo su ser.

Había muerto, mi madre había muerto por un imbécil.

Mi padre estaba en el suelo aún por el combo que le di.

Me acerqué a él y me puse encima.

Hice que me mirara y le pegué una cachetada.

Empecé a pegarle con mis puños cerrados, con toda la fuerza que tenía.

—¡TE ODIO!.

Mis lágrimas salían, mientras lo golpeaba.

—¡MUÉRETE!

Y sin pensarlo, porque estaba fuera de mí, le hice un pequeño corte en el cuello con el mismo cuchillo que cortó a mi madre.

Reaccioné rápidamente.

Le había cortado, y no me sentía mal.

Corté otra vez su cuello.