Parte 22: Cuidado con lo que se sueña...

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22-Cuidado con lo que se sueña....

Esta mañana no me encuentro muy bien. No he parado de dar vueltas en la cama y ya no lo soporto más, necesito aire fresco....me incorporo de la cama y agarro a regañadientes mi haori echándomelo por encima del yukata para refugiarme del frío que hará fuera. Abro la puerta corredera y miro sorprendido como aún es de noche y las estrellas iluminan el cielo hermosamente. Me gusta esta tranquilidad...todo el mundo duerme, solo se oye a los grillos cantar....o eso esperaba. Frunzo el ceño al ver una sombra parada a pocos metros de mí, en el jardín, inmóvil y de aspecto amenazante. Me acerco sigilosamente poniéndome en guardia por si tengo que atacar y veo como el viento mece con suavidad el largo cabello del intruso haciendo que le descubra.

-¿Senbonzakura? ¿Qué haces ahí parado?-

Mi espada en su forma espiritual no dice nada. Simplemente se acerca a mí y toma una de mis manos besándola. Se descubre el rostro lentamente dejando caer su máscara perpetua y no puedo evitar mirarle con fascinación. Es hermoso, un vivo retrato de mi niñez. Sus ojos tan azules como los míos, sus labios finos, su largo cabello atado en una coleta alta...me sonríe misteriosamente y me hace una reverencia para hablar después con voz suave.

-Byakuya-sama....siento haberle asustado, pero necesitaba verle-

-¿Qué ocurre? ¿No piensas regresar a tu forma normal? ¿Por qué estás aquí? –

-No puedo....antes tengo algo que hacer, aunque me cueste la vida...-

-¿tan grave es?-

Abro los ojos con estupefacción cuando mi espada me rodea la cintura con sus brazos y deposita un apasionado beso en mis labios. Intento zafarme de él y me aferro a sus brazos mirándole furioso ¿Cómo se atreve?? ¡Mi espada besándome!! ¡Es totalmente ilógico! Y lo peor no es que lo haga, sino que me estoy dejando....esta extraña sensación se está tornando placentera...no puedo creerlo....mis manos ya no hacen presión sobre la tela de sus hombros, cierro los ojos dejándome llevar por ese profundo beso, sintiendo como inserta su lengua en mi boca y me acaricia con dulzura haciéndome gemir guturalmente...se separa de mí y noto como un hilo de saliva se desprende de mis labios, aparte del rubor que ha teñido mis mejillas. Me siento un adolescente ebrio de inocencia, estoy obnubilado.

-Senbonzakura, tú....-

-Le amo mi señor....tenía que decírselo, llevo tanto tiempo a su lado que es inevitable no sentir nada por usted...-

-Esto es imposible...no puede ser-

Senbonzakura me levanta en brazos para mi sorpresa y entramos en el dojo depositándome con suavidad sobre la cama. Se echa sobre mí, arrodillándose entre mis piernas y vuelve a besarme posesivamente mientras me desabrocha el yukata y acaricia mi piel con sus dedos enguantados. Yo jadeo cuando muerde mi cuello y se aparta para quitarse la ropa, desprendiéndose de todas las piezas de su armadura lentamente mientras yo, inconsciente de mi actitud, me muerdo el labio inferior al ver su exquisita desnudez ante mí. Se tumba sobre mí dejándome un reguero de besos sobre la piel y estoy a punto de dejarme llevar cuando Renji irrumpe en el cuarto mirándonos impactado.

-Byakuya....pero qué....-

-¡Renji! esto no es lo que piensas, puedo explicártelo...-

Renji se acerca a nosotros con una mirada de depredador y gruñe a Senbonzakura como si fuera un animal. No detiene su avance, se inclina hacia mí para agarrarme del mentón y obligarme a que le mire a los ojos.

-Eres muy travieso Byakuya....no sabía que fueras tan vicioso-

-No lo soy....esto no es nada -

"Los caprichos de mi taicho"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora