Capítulo II

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Scott llegó a la casa con nuevas noticias. Buenas o malas, ya no importaba. Desde que es un héroe, lo que importaba era salvar a todos, o al menos, salvar a los que pudiera.

Cassie se alegraba del primer trabajo de su papá. Era extraordinario, fantástico y excesivamente peligroso. Aunque Cassie no le interesaba lo último. Su segundo trabajo consistía en trabajar en Baskin Robbins, una heladería con algunos clientes realmente estúpidos y molestos. Cassie amaba ir allí después de la escuela o cuando ambos no tenían nada qué hacer.

Escuchó pisadas en la planta de abajo y se escondió.

—¿Crees que sean peligrosos? —preguntó en voz baja Hope, ligeramente preocupada.

—No lo creo —dijo de la misma forma Scott—. Si pensaran hacernos daño, ya lo habrían hecho.

—Podrían hacerlo en cualquier momento.

—Confía en mí, Hope.

Hope bufó un poco molesta mientras rodaba los ojos. Luego se fue, teniendo en mente las palabras de Lang.

Cassie se preguntó si hablaban de aquellos sujetos que salieron en la tele y dejaron caer el edificio; Los Guardianes de la Galaxia o de algún otro villano. Lo último lo dudaba.

Scott se percató de la presencia de la niña, fue con ella, la cargo y la llenó de besos, preguntándole qué hacia ahí.

—Papá, ¿los hombres del espacio son malos?

—Espero que no, Cassie, o Hope me dará una golpiza por no hacerle caso —dijo Scott, aparentando miedo con una cara graciosa que hizo reír a la pequeña.

—¡Te dejará un buen chichón!

—Tu tía Hope da miedo —rio Scott.

—¿Peor que mamá?

Scott emitió un leve Mmm.

—Dejémoslo en un empate.

Padre e hija fueron a la sala a jugar un rato con la gran hormiga y otras más. Hicieron un pequeño castillo con mantas, cajas de cartón y almohadas. El juego consistía en que Scott fue secuestrado y encerrado en el armario y Cassie iría a rescatarlo junto a otras hormigas.

El gusto de la pequeña heroína fue poco, pues llegó Luis y Hope.

—Cassie, querida, ¿dónde está tu papá? —preguntó Hope, viendo a la niña montando a la hormiga gigante.

—¡Aquí, chicos! —contestó Ant-man, antes de que su hija contestara, y salió del armario.

Luis rio ante la ironía y dijo:

—¡Qué gracioso! Saliste del closet, Scottie.

—Luis, por favor.

Ambas mujeres rieron igual, el comentario de Luis y la cara de Scott les daba risa.

—Ya, ¿qué necesitan? —preguntó Scott.

—Oh, sí. El Capitán le dijo a Falcón que me dijera que te dijera que si Ant-man puede ir a la Torre de los Vengadores. Es sobre el asuntillo de los nuevos —dijo Luis, refiriéndose a los Guardianes de la Galaxia.

—¿Ahora? —preguntó Cassie, abatida por tener que despedirse de su padre.

Luis asintió, triste por la mirada de la niña.

—Volveremos a jugar cuando venga, ¿si, pulga? —dijo su padre, abrazando a la niña.

—Está bien, pero tienes que prometerme algo.

Scott lleno de curiosidad dijo que sí. Cassie tenía algo en mente y sabía más o menos qué quería.

—Tienes que llevarme con los Vengadores —exclamó alegre.

—No lo sé, Cassie, es que...

—¡Por favor! Pronto será mi cumpleaños y quería ver si podía ir —rogó usando los ojos más adorable que podía hacer y dejando ver la mejor de sus sonrisas—. ¡Por favor, papá!

Volteó la mirada, se acarició el rostro y suspiro. Con eso la pequeña sabía que había ganado.

—Bien, pero tienes que quedarte a mi lado todo el tiempo.

—¡Hecho!

Sonrió satisfecha y lo abrazó. Sólo tenía que esperar un poco más, ser obediente y tierna y podría conocer a los héroes más poderosas del planeta y, con un poco de suerte, conocer a los Guardianes de la Galaxia.

「Cool Dad. 」  StarAntDonde viven las historias. Descúbrelo ahora