Capítulo IV

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—Chicos, tranquilos. Hay que guardar la calma y comportarse adecuadamente.

—Vete a la mierda, Quill.

Peter Quill, el único “humano” de allí, se indignó por el comentario del mapache. Miró a la chica con la tez de esmeralda y exclamó:

—Gamora, dile algo. ¡Apóyame!

Gamora rodó los ojos, irritada.

—Hagan caso a Quill. Sólo… quédense quietos y no hagan nada.

—¿Y lo dices tú? ¡Fuiste la primera en golpear la puerta y gritar como loca!

Gamora frunció el entrecejo.

—Mira, Rocket —Quill sentía que algo malo sucedería, Gamora rara vez hablaba con tanta calma cuando la insultaban—. Será mejor que cierres tu puta boca. Tú y los demás me alteran.

Peter suspiró, agotado. Comenzarían a pelear ella y Rocket de nuevo y no quería separarlos y recibir un puñetazo de por medio.

—No entiendo por qué en el espacio no discutíamos tanto y aquí en la Tierra se quieren matar —comentó bajito.

Después de cierto tiempo, cayó en la cuenta que alguien faltaba. Hizo un leve conteo de su grupo:

☒ Gamora discutiendo.
☒ Rocket en las mismas.
☒ Drax, la criatura musculosa que no había hablado desde un buen rato.
☒ Él, por supuesto.
☒ Y Groot que estaba…

—Espera, ¿y Groot? —preguntó, pero nadie le prestó la debida atención —. Drax, ¿has visto a Groot? ¿Drax?

El nombrado estaba quieto, demasiado quieto. Podía jurar que ni siquiera estaba respirando.

—¡Hey, Drax! —lo empujó. Este reaccionó—. ¿Qué haces?

—Gamora dijo que nos quedemos quietos y no hagamos nada.

—Es una expresión, no es literal —Drax ladeó la cabeza, seguía sin entender—. A ver… No, olvídalo. Mejor ayúdame a encontrar a Groot.

El cuarto en donde estaban no era tan grande. Era lo suficientemente espacioso para tener a cinco personas allí encerradas, ¿cómo es que no puede encontrar a la pequeña criatura árbol? A simple vista, al menos, no estaba.

Volteó a ver a Rocket, que seguía discutiendo.

—Ah, Rocket, creo que Groot no está aquí —mencionó Quill. El mapache seguía discutiendo sin darle atención.

Quill carraspeó y luego fingió toser. Tampoco. Se acercó al mapache y le tocó el hombro, este reaccionó. Lo vio con cejo entrefruncido.

—Rocket, no está Groot.

—¿De qué hablas? Si está allí —señaló un mueble, en donde había una pequeña maceta. Y sí, estaba detrás de ella, jugando con la tierra.

—Parece que está masticando algo… —mencionó Gamora.

—¿Qué? No, hey, ¿qué estás comiendo? —Groot dio un paso hacia atrás. Rocket se acercó más—. ¡Hey, ven aquí ahora mismo! ¡Nonono, escúpelo! ¡Escupe eso!

Quill sabía que le iría mal si dijese en voz alta que Rocket tiene complejo de madre.

Miró un punto rojo encenderse, otra vez los estaban observando. Habían estado allí dentro tres días, les habían dado de comer y todo pero realmente estaban cansados. Ya no querían estar allí más tiempo.

Claro, que ninguno de ellos pensó que la puerta se abriría dejando ver a tres hombres y con la cámara aún funcionando.






Mientras tanto, Cassie se encontraba algo fatigada. Hank había estado más o menos entrenando a Cassie con la hormiga gigante (a una distancia razonable, no le gustaba estar tanto tiempo a su lado) en el patio, por dos razones:

• No quería que estuviera de vaga en la casa (aunque realmente la niña era muy energética).
• Y quería que supiera defenderse, por si ocurriera algo, lo que sea.

Al ver a la pequeña sentada, limpiándose el sudor con un trapo y tomando harta agua, supo que era hora de descansar.

Se sentó a su lado y le preguntó:

—¿Quieres ver unas pelis?

Cassie no respondió, el sonido de la puerta abriéndose y un “estoy aquí” alegre de su padre la interrumpieron.

Ella, llena de euforia, salió corriendo a su encuentro y cuando lo vio con unas bolsas no pudo detenerse a saltar a sus brazos.

—¡Llegaste! —soltó, contentísima—. ¿Por qué tardaste tanto?

—Lo siento tanto, pulga —se disculpó y le besó los dos cachetes, haciendo escuchar un sonoro muack—. Te trajo unos helados. Come uno y los demás déjalos en el congelador.

La niña asintió, agarró la bolsa y se fue agradeciendo a su padre mientras comía un helado de Oreo. Más feliz no podía estar.

Al estar ambos adultos solos, pudieron conversar tranquilos.

—¿Cómo estuvo la situación con los nuevos? —indagó Hank.

—Bien —sonrió—. Extrañamente bien.

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Bueno, pues aquí está :>

Chao, los amo ♡

「Cool Dad. 」  StarAntDonde viven las historias. Descúbrelo ahora