Capitulo 3: Una Noche tranquila

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Reynald, habría terminado su hazaña, y ahora dirigiría rumbo a casa, esta vez, solo.
Aunque Reynald viajaba confiado hacia su hogar, Reynald sentía algo extraño en el aire, no una cosa, sino, algo, algo más.
Aquel lugar estaba vacío, tan vacío, solamente Reynald se encontraba allí, caminando, su única compañía son los insectos y las ratas, oh Reynald, solo, solo, tan solo, regresando a su casa, su hogar. Seguramente habrá terminado una hazaña, si, tal vez. Se debe sentir como el Héroe de ciudad Viridi, Tal vez, solo Tal vez, Reynald no siempre fue así, Tal vez él tenga un lado malo, si, será así?. Me acercaré y lo averiguaré.
Tan pronto coloqué mis manos, estas manos, mis manos sobre el, lo sabré todo, si, todo lo sabré sobre el, todo lo podré conocer sobre el, todo, todo, toooodo, TODO!

- Quien anda ahí?! - gritó Reynald asustado, pero no había nadie, solamente él y la noche.

Reynald apura con prisa y sale de la ciudad, aún con la prisa que tenía, Reynald pudo ver que los guardias que cuidaban la puerta, ya no estaban, ellos estaban en los cuarteles, asesinando al pobre guardia. Extraño, muy extraño, Reynald siguió trotando hacia su campo, sin mirar atrás, aunque se siente, algo asustado, para ser un héroe, está algo asustado, se puede entender, ese el humano después de todo, tienen miedo, y por ello corren, por ello pelean, por ello quieren desear, desear, desear zafarse de las garras del Destino, pero ellos no saben que yo, siempre estaré persiguiéndolos..

- Silencio! Déjame en Paz!!- Dijo Reynald

Reynald empieza a apurar su trote, y este pasa a correr con gran velocidad, todavía faltaba para llegar a su casa, mucho, mucho más para llegar, llegar a su campo, si, sus tierras, muy bonitas después de todo, qué pena que nunca podré tener algo así...

Reynald tropezó, pero se levantó rápidamente y volvió a correr, a correr, y a correr, parece que nunca habría de parar, esos matorrales de trigo siguen creciendo y creciendo, parecerían nunca acabarse, si tan solo Reynald pudiera tener a alguien a su lado, un dios tal vez?

- Debo llegar, Debo llegar! Quiero descansar, Quiero descansar!!!- grito Reynald

Reynald milagrosamente llega a su casa, y se encierra dentro de ella, al igual que yo me encierro dentro de ellos, los humanos, y aún así deciden tratar de cambiar su vida y abandonar su pasado, abandonar sus errores, abandonarme a mi, pero ellos no tienen el control, yo tengo las cadenas, SUS cadenas, y vaya que pesan.

- Porfavor! Déjame ir!- suplico Reynald

Y apestan..., apestan a, duda, soledad, y *Inhala* aaaaaagh, Orgullo, dulce y sucio orgullo.

- Aléjate!, no te acerques más!-

Quieres que me vaya? Ahora? Pero si la estaba pasando tan bien hablando contigo, pudiste escapar de mí aún con esas cadenas que tienes, ya te dije lo mucho que te pesan?

- No te incumbe! Aléjate de mi!-

No importa, pronto nos encontraremos de nuevo, y si tienes SUERTE, podremos vivir muchas más aventuras juntos, que te parecería enfrentarte a mí sin esas cadenas? Hm?

- Silencio!-

Aunque, tampoco debería desaprovechar una oportunidad cómo está, eres mío después de todo, y yo puedo hacer contigo lo que yo quiera, incluso si te rompes y quiebras, eres solo uno más de mis juguetes, TÚ ERES MÍO.

- No, fuera!, aléjate, AHORA! ALEJATEEEEEE!!!

- AAAAAAAGHHHH!!! - gritó Reynald, desde lo más profundo de su Alma, pero gracias a los cielos, todo parecía ser una simple pesadilla, una profunda, pesada y oscura pesadilla.

Reynald se levanta de su cama todavía aterrorizado, cubierto de un sudor frío, quizá después le podría dar un gran resfriado.

Reynald se dirige con dificultad a su salón, el cual está conformado por una mesa central tallada de madera, un pequeño horno de hierro a un costado de la pieza, e incluso, su propio cofre personalizado, el mismo que contenía las vendas que ayudaron al guardia, pero Reynald prefería no recordar eso ahora mismo.

La Cruzada EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora