Capitulo 4: Trascendencia

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Reynald ya no era más, el se había ido, su cuerpo no respondía más. El capitán Casimiro ya había escapado del emergente caos que ocurría en ciudad Viridi.

Sin embargo, algo, en el plano espiritual se hacía presente, si, la maldad, aquella fuente de energía, primordial para los demonios, se juntaba en el aire limpio, y lo ensuciaban con blasfemia y pecado.

Aquellos espíritus, estaban todos atraídos por la catástrofe de la ciudad, por su destrucción, su caos, todo esto se veía evidenciado, de no ser que una gran nube negra de humo y ceniza estaba formándose sobre lo que una vez fue un hermoso campo.

Aquella nube, tenía rostros, voces, y una contextura gaseosa y a la vez pesada, como si fuera un gran tumulto de Brea, flotando en el aire, con apéndices colgantes que gotean sobre la tierra, y crean charcos de agua negra y miasma.

Pronto, aquella nube se vería atraída por una brillante luz, una que provenía del Barranco.
Ah si, la luz de un alma en la noche oscura, brillante por sus cualidades únicas.
Aunque, a diferencia de las otras, está se ve más brillante, quizás fue porque peleó hasta la muerte por la vida, por defenderla, si.
Quizá fue porque por fin descubrió cuál es su objetivo en la vida, su objetivo, entregado por Dios a todos nosotros. Ahora, Reynald habría descubierto el suyo, y se habría aferrado a la esperanza.

Que pena que YO me llevare su alma.

La nube negra empezó a avanzar con celeridad en dirección hacia Reynald, aquella nube trataba de destruir todo tipo de vida que existiera en ese momento, los árboles, los sobrevivientes, los peces, las aves, y su alma. MI ALMA

Tú, Reynald, no escaparás de mi tan fácilmente, la muerte no es ningun obstáculo para mi, YO la controlo, aún así, con esa alma tan valerosa que tienes, todavía llevas puestas esas cadenas, Si.

Grandes y apestosas cadenas, aún con tus ideales, las cadenas de tu alma no se han roto, solamente se desaflojaron más, pero no te las pudiste quitar a tiempo.

Ahora estoy frente a ti Reynald, mírate, tan indefenso como cuando estabas vivo, tan inerte, y sin una voz, debes estar asustado verdad?

Pues no te preocupes, porque ahora, vas a pasar una bonita eternidad conmigo en las profundidades del Hades, y allí, me aseguraré de darte una voz... Para que puedas gritar todo lo que tú quieras, de dolor, de arrepentimiento y de Tristeza.

Todo eso, por no haber encontrado el camino correcto a tiempo. ¡Ahora, es tiempo de la cosecha!

Protuberantes garras esqueléticas crecieron de la nube de brea, y trataron de tocar y acariciar aquella alma indefensa, no consciente del destino que le espera.. Pero, que es esa luz? A mitad de la Noche? No, NO!!! ALÉJATE DE ÉL!! EL ES MIOOO!!

Una luz llegó con fuerza sobre el alma de Reynald, y esta alma había empezado a ascender a otro plano de la existencia.
Pero la nube, con sus protuberancias por garras, trató de agarrar el alma, constantemente quemándose por la luz inesperada.
Estas garras caían al suelo y se desintegraban mientras otras más crecían de la nube, Porque yo, NO ME RENDIRÉ TAN FÁCIL EN ESA ALMA!!

Dámela! DÁMELA AHORA! MALDITO SEAS CIELO!!
El alma exitosamente ascendió con la Luz salvadora, y está pronto se apagaría y abandonaría tal conflictivo escenario.

Esa vez, fue una victoria de parte de las fuerzas del bien, LA VEZ, Porque YO no permitiré que ese humano, siga viviendo, lo estaré esperando, y cuando él llegue a salvar el día, enviaré a TODOS mis súbditos en busca de su cabeza, y mejor aún, su alma, y está vez, esta vez, NO quedaré como un perdedor de nuevo, NO DE NUEVO!!

AAAAAARGHHHHH!!!!!

La nube soltó un grito infernal, que llegó a resonar en los cuatro vientos del lugar, helando los corazones de los pocos que escucharon, si es que hubieran quedado otros sobrevivientes.

La Cruzada EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora