Cuando las ilusiones explotan | BakuCamie Week

Día 6

Lágrimas.

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Camie besa la pequeña y delicada mano de su hijo mientras siente como todo en su interior tiembla.  El pequeño Tatsuki Bakugou había estado realmente mal de su estómago y pese a que los médicos aseguraban de que se pondría bien, sus padres no podían evitar sentirse mal por ver a su hijo en ese estado.

—Te pondrás bien, mi pequeño niño —asegura mientras llora, Tatsuki está dormido y el suero sigue goteando a través de esa pequeña manguera— Papá ya vendrá.

El niño aún dormido suspira sonoramente, Camie limpia sus mejillas húmedas a causa de las lágrimas y lame sus labios, se aleja de la camilla para salir de la habitación, cuando lo hace mira a su esposo detenerse cerca de ella.

—Katsuki, ya... Ya has llegado —dice mientras sonríe melancólica y sigue limpiando sus mejillas— Menos mal.

—¿Cómo sigue?  —pregunta haciéndo un enorme esfuerzo para que su voz no sonora temblorosa.

—Él está bien —responde más tranquila, suspira nuevamente y su voz se escucha más clara— El doctor dijo que está mejorando, sólo debe estar bajo observación un poco más.

—Bien —Bakugou siente que la tensión en sus hombros disminuye, el susto que Tatsuki les había sacado fue grande, verlo retorciendose del dolor en el suelo de su habitación era un recuerdo que simplemente le erizaba la piel de los nervios.

—A pesar de que mejorará, no puedo evitar sentirme mal por Tatsuki —admite la chica en voz baja— Pasé mucho miedo.

—Igual yo —Bakugou la toma del mentón para obligarla a verlo directamente a los ojos, quería transmitirle la seguridad de que todo esto pasaría muy pronto y que debían estar tranquilos— Pero ya no hay que preocuparse, Tatsuki necesita que sus padres estén tranquilos, el médico ya lo dijo ¿no? Él estará bien, ahora, deja de llorar.

Camie asiente y se aferra a Katsuki en un abrazo en busca de calma. Su pequeño estaría bien y Bakugou tenía razón, debían estar tranquilos esperando a que todo mejorara.