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Lunes, Cafetería Barista, 9pm

Todo el día había sido un completo dolor de cabeza, turistas y clientes frecuentes por todas partes hacían que me confundiera más de lo normal. Me equivoqué tres veces en algunas órdenes, alguna que otra vez llevaba pedidos a otras mesas que no correspondían mientras recibía regaños por parte de Paul; el dueño de la cafetería quien tuvo la grandiosa idea de visitarnos aquel día... Muy astuto.

-Estoy agotada- me queje dejándome caer en la silla frente a la barra, Violet como siempre, contaba el dinero

-Ni que lo digas- suspiro -atender las mesas y la caja no es divertido- hizo una mueca de fastidio.

Cerré los ojos batallando por no quedarme dormida, Paul se había ido hace media hora, cuando los clientes habían cesado.

El tintineo de la campana de la puerta anunció la entrada de más clientes, que por cierto eran algo ruidosos. Abrí mis ojos ya cansados, bostece y llamé la atención de Violet

-Oye oye, quieres...- no termine de preguntar cuando la pelirroja me fulminaba con sus iris verdes al mismo tiempo que negaba, arrugue la nariz y me levanté.

Los chicos habían tomado una de las mesas del fondo pegados a la ventana para mi sorpresa eran los turistas del Golden Gate a los que Anna quería ligar, camine sin ganas hacia ellos, tome mi pequeño bloc de notas amarillo y saqué la pluma negra de punto fino de mi coleta ya algo despeinada.

****

-Luke! Se me cayó mi pulsera, podrías pasármela?- Sonreí lo más normal que pude al rubio que miraba el menú, esté volteo a verme y sonrió de vuelta

-No- siguió concentrado en el menú, literalmente caí en mi propia trampa, rodé los ojos y me agache para recoger mi pulsera la cual solamente había tirado en vano debajo de la mesa, eran estilo cafeterías de los 80's y el lugar era agradable, dónde está mi pulsera?

-Buenas noches mi nombre es Liz, ya saben que ordenar?- La voz obviamente femenina logró captar mi atención, pero no podía levantarme sin la pulsera

-De casualidad tú vienes en el menú?- Ese era Luke, asustando a las chicas aunque a la mayoría lograba enredar en sus encantos.

La risa de la camarera se hizo presente, ¡¿dónde está mi maldita pulsera?!

-No, nunca vengo en el menú- seguía riendo

***

Se notaba que estos chicos tenían sentido del humor, pues cuando el rubio pregunto aquello todos rieron y admito que me hizo sonrojar un poco, todos son realmente guapos

-Basta de acosarla Luke- Hablo divertido el chico castaño que se encontraba frente a él, su risa era contagiosa

-Vale vale- Asintio Luke- Sólo estaba bromeando, realmente tu amiga de la caja logro llamar mi atención- voltee lentamente a ver a Violet quien acomodaba los vasos de café, sonríe y mordí mi labio volviendo la vista los chicos, carraspee un poco y negué.

-Entonces... si van a ordenar algo?- volví a reir

-Oh cierto...- está vez hablo el pelirrojo- yo quiero un café con leche y...- volvío a tomar el menú- un pastel napolitano- mientras ordenaba yo anotaba rápidamente

-Que sean dos cafés con leche y el número de tu amiga- Hablo el chico Luke, negando divertida anote la orden

-Quizá ella pueda dártelo- Respondí

-Discúlpalo, está ansioso- El chico castaño le lanzo una bolita de papel que cayo directamente en su frente- quiero un café de canela y mmh... un pretzel- Asentí mientras terminaba de anotar, dirigí mi vista hacia el 4to chico, este se encontraba debajo de la mesa y no podía observarlo bien

-Y su amigo...- mordí la pluma, todos dirigieron su vista al chico que al parecer murmuraba algo

-Cal Cal, qué vas a querer?- Pregunto el castaño, todos lo veían extraño

-Quiero lo que ordeno Mike por favor!-Hablo un poco alto, su voz por un momento me sono familiar.

Solamente agregue el numero 2 a la primera orden- Está bien, ahora vuelvo a y si quieren pueden colocar música- señale la Rockola que se encontraba sólo a unos metros de ellos- pueden cambiar los billetes con mi amiga- Lo último lo dije mirando a Luke al mismo tiempo que le guiñaba un ojo y me iba.

***

-Saben? Creo que tomaré la palabra de la chica... cómo dijo que se llama?- Pregunto Luke pensativo mirando a Ashton, en ese momento yo me incorpore

-Liz- Respondí- no logre encontrar mi pulsera- suspire y alborote mi cabello

-Para qué te quitaste la pulsera?- Pregunto Mike

-Quería hacerle una broma a Luke, pero no funciono- Mire al rubio alzando una ceja

-Oye no me mires a mi- Alzo los brazos- como sea, iré a cambiar estos billetes no sé que canciones hay en Rockola, seguro algunas muy viejas pero lo vale- Se levanto y casi vuela hasta la barra donde se encontraba una pelirroja

-Ash, este lugar es muy bonito- Halago Mikey mirando el lugar y estaba en lo correcto. Las paredes eran de un color azul pastel, las mesas del lado de la ventana eran blancas y ovaladas, sus sillones eran azules con marco blanco, las mesas del centro eran cuadradas acompañadas con sillas azules supuse que las del balcón serian igual. Había marcos con fotos de artistas, paisajes etc, los marcos de estas eran de color rosa pastel.

-Iré al baño- Me lavante sin esperar respuesta de los chicos, aun me encontraba admirando el lugar que por cierto olía a café expreso, cuando sentí que choque con alguien, por instinto sujete sus manos las cuales tenían la que quizá era nuestra orden acomodada perfectamente sobre una charola café

-Lo siento mucho, no te ví- Fue lo primero que salió de mi boca antes de mirar la que obviamente era un chica, que ojos...

-No te preocupes, lo bueno es que no tiramos nada- Sonrió amablemente provocando que sus ojos se arrugaran un poco al igual que su nariz. No supe que más decir, me quede petrificado en cambio ella solamente agrego un "con permiso" acompañada de la misma sonrisa pero esta vez era tímida

-Propio- respondí en un murmullo, los dos giramos sin quitarnos la vista en ningún momento hasta que ella lo hizo para poder caminar hasta nuestra mesa en cambio yo aun no podía quitarle la mirada, era de tez morena pegándole al blanco ¿cómo le dicen? Chocomilk?, nariz levemente respingada un poco pequeña al igual que su estatura, quizá unos 1.60

El cabello negro como la noche, lo tenía sujetado en una coleta con algunos mechones que caían despreocupados a los lados de sus orejas. Choque con la torre de madera solida que dividía la cafetera y el baño de hombres, me di media vuelta aunque no quería hacerlo e ingrese al baño sin percatarme de que alguien me miraba desde la caja registradora.

San Francisco c|hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora