Capítulo dos; félix date cuenta.

814 104 38
                                    


[Mensajes de Jeongin]

Félix dorito♡ (2)
cabeza e pollo (3)

Félix dorito

Mira bebé, ¿ya nos vamos?

Te voy a pasar buscando

Si, ya voy bajando.

Félix dorito

¿Te sonrojaste porque te dije bebé?

Jaja no...

Félix dorito

AY SI TE SONROJASTE


¡Ya!

Jeongin se terminó de ver en el espejo cuando escuchó la corneta de la camioneta donde Félix siempre lo pasaba buscando.

Agarró su cartera de la mesa y salió de su apartamento para bajar en el ascensor. Cuando llegó, ya había un chamo ahí esperando.

Era alto, cargaba unos jeans apretaditos, y una camisa negra que tenía subida las mangas. Nada más lo estaba viendo de espaldas, pero con eso era suficiente.

El ascensor llegó y los dos entraron después que una vieja con un gato (que de vaina no lo muerde) saliera.

Jeongin se sintió como en otro país cuando le vió la cara al chamo, porque bellezas así no hay en todos lados. Tiene un lunar debajo del ojo y los labios rosaditos.

"Nagueboná, Jesús. Ayúdame" pensó.

—¿A qué piso vas, chamito?—Jeongin se ahogó con su saliva por la impresión, y más por el "chamito". ¿Qué le pasa a la gente? El ya tiene 17.

—Al último—Respondió todo seco. Obviamente, Jeongin le es indirectamente fiel a Félix. Porque aún siguen en la etapa de cuadre. O eso decía él.

Este chamo con pinta de modelo apretó el botón de planta baja y nadie dijo más nada en todos los cinco minutos de espera con musiquita sacada del wii. Jeongin intentó portarse lo más serio posible, aunque tenía un leve rubor.

Por fin llegó a la planta baja, cuando las puertas se abrieron vió a Félix ahí parado esperándolo (con una pinta) y enseguida se le lanzó encima, le empezó a dar besitos por toda la cara porque simplemente Félix es muy bello y le dió la gana.

El chamo dentro del ascensor los vió y salió, cuando pasó por su lado cuando Félix aún se ahogaba con Jeongin encima de él, este se rió bajito mientras decía "tan lindos los niños".

—Buenas tardes, ¿que se le ofrece?—Le preguntó Félix a una señora que andaba viendo unos pantalones.

—¿Esta es la única talla que tienes?

—Déjeme revisar, creo que hay más—Y se volteó a la caja donde estaba Jeongin robándose el wifi de la tienda.

—Psst jeongin, anda a ver si hay más tallas de los jeans rotos de atrás.

Jeongin se sacó los audífonos y entró al almacén.

Estos niños, son hijos de coreanos que obviamente tienen plata. Y pues trabajan en el "humilde pero caro" negocio de sus papás. Ellos no son hermanos, por si acaso, pero todos los "chinos ricos" se conocen entre sí.

Jeongin volvió con tres pantalones más, la señora pagó su pantalón y salió. Jeongin se volvió a sentar detrás de la caja, y como ya no había más nadie porque era hora de almuerzo Félix se le sentó a un lado.

—¿Qué haces?

—Viendo videos—Félix se le acercó y estaba viendo videos ASMR de unas tortas ahí, que se veían burde ricas.

—Eso es masoquismo, ¿sabías?

—¿Por qué?

—¿No te da hambre ver videos de gente comiendo?—Le dijo Félix como con extrañeza. Jeongin hizo una seña con su mano de "más o menos".

—A mi sí, y tengo hambre. Vamos a almorzar—Félix se levantó de la silla y le dió la mano, Jeongin aprovechó su oportunidad y lo agarró entrelazándolas, tipo película. Así ambos se fueron hasta una tienda donde venden sándwiches.

Mientras iban hablando en el camino, unos chamos se le quedaron viendo y uno les dijo "sendas mariquitas". Y a Félix como le gusta ser chocante preparó su voz de macho.

—Marico y todo pero te parto ese culo—Y los chamos se callaron la jeta. Jeongin no podía estar más orgulloso.

Félix es medio pajuo aveces, Jeongin le manda mil quinientas señales y aveces parece captar y aveces no. Aunque últimamente (después de haber pasado dos meses de haberse conocido) Félix parece agarrar la vaina, puesto que lo trata más bonito que antes.

Y Jeongin espera con ansias el día que porfin pueda darle un besito en cada peca. Bien romántico, pero así es él.

Después de almorzar, y hablar de porqué deberían cambiar el modelo político, se fueron a la tienda otravez. Cuando llegaron pudieron ver a dos chamos altos esperando por que les atendieran. Félix se apuró y cuando estos voltearon Jeongin maldijo a Diosdado.

El chamo del elevador.

¡Carajitos bellos! | Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora