30 Days OTP Challenge. KuroMahi / SerVamp

❝Day 20.❞

[Dancing]

— Estoy sorprendido.— Admitió en voz baja para no molestar a los demás presentes—. No sabía que podías bailar, o mejor dicho; que sabias bailar. Siempre creí que eras un perezoso que no le llamaría la intención algo como saber bailar, música clásica, claro no podría imaginarte bailando algo más movido.

Declaro con una sonrisa entre inocencia y con intención de molestar, Mahiru escucho un suspiro junto con un gruñido de fastidio por parte del vampiro.

— No es que me guste bailar...—Intentó justificarse, apretando levemente la cintura de su pareja, atrallendolo más a el.— Es solo que en ocasiones pasadas me vi obligado a aprender a bailar este tipo de música, ya sabes, épocas en donde no existías.

Bostezo, observando el resto de la gente que bailaba o platicaba con entusiasmo, realmente se divertían. Pero el no, el ya estaba fastidiado y quería irse a casa, de hecho, el debería de estar en casa.

Debería.

Por no ser por una pequeña cosa maldita que se le ocurrió invitarlos a última hora a una fiesta en su mansión con completos desconocidos bastantes refinados, para su gusto. El no tenia nada que hacer ahí, si por el fuera, hubiera rechazado la invitación inmediatamente; poniendo algún pretexto estúpido e inmaduro para evitar ir.

Pero no, estaba ahí por que cierto Castaño estaba demasiado entusiasmado desde que recibió la invitación que inmediatamente, sin llegar a pensarlo, acepto. Un fastidió para el, aunque eso ahora no le importaba demasiado. Por Mahiru el haría cualquier cosa estúpida que al otro se le ocurriese.

Y para ser honesto, a el tampoco le molestaba tanto la idea de estar ahí, por que, desde que habían llegado, su castaño no dejaba de sonrojarse por la cercanía que tenían al bailar, y por aquellas sonrisas nerviosas que le regalaba el contrario al cometer un pequeño error en el baile y sobre todo el coqueteo constante que el, le hacía al menor, bajando de vez en cuando más abajo de la cadera de forma disimulada.

Por cosas mínimas como esas, no le molestaba que sus pies dolieran al día siguiente por estar bailando con el menor toda la noche.