30 Days OTP Challenge. KuroMahi / SerVamp

❝Day 27.❞

[On one of their birthdays]

Mahiru, como siempre, hacía los labores escolares sentado en la mesa, y a su vez los labores del hogar.

¿Cómo lo hacía? Nadie lo sabe. Bueno, de alguna forma tenía que ser el responsable en el hogar, sobre todo cuando vivía con un vago que solo se dignaba a verlo desde su habitación con la puerta abierta mientras estaba recostado en la cama como si fuera una modelo con espléndida figura.

Ese pensamiento le hizo reír para sus adentros, Kuro lo único que tenía de sexi lo demostraba en pocas ocasiones. Negó para sí y se concentró en sus labores.

Por otro lado, Kuro que estaba sorprendió por el ánimo que tenía Mahiru, por un momento creyó que por ser el cumpleaños del menor, este le obligaría a usar delantal y hacer los labores del hogar y quizás los de la escuela también. Pero no, nada de eso pasó, desconcertado, se levantó y verificó la fecha en el calendario. Era 7, no había error. ¿Acaso Mahiru había olvidado su cumpleaños?, lo mérito un poco y llegó al veredicto; de que ese no era su Mahiru. Suspiró y salió del departamento lo más rápido que pudo para volver lo más pronto posible. 

Eso le pareció extraño a Mahiru, suspiro y volteo al calendario e inconscientemente suspiró en decepción, y al instante agitó un poco su cabeza en negación volviendo a dedicarse a sus labores diarios.

Pasando un par de horas, Kuro volvió y Mahiru trataba de no verse deprimido, lo que le siguió sorprendiendo a Kuro, vaya humano tan fuerte, pensó.

Kuro se golpeó mentalmente y precedió a entregarle una caja de regalo a su compañero, trató de verse lo más indiferente posible, cosa que falló y le pareció adorable a Mahiru sobretodo cuando le felicitó. Este recibió el regalo modestamente con un inevitable sonrojo y un "Gracias" en casi un gritó, eso hizo que el corazón de Kuro latiera por ver la felicidad ajena, más sabia que debía correr pronto...

Mahiru tomó la caja y se dispuso a abrirla, Kuro debía arrepentirse, pero no lo hacía, más bien, lo disfrutaría. El menor, su sonrisa cada vez se fue disminuyendo y su sonrojo fue en aumento en cuanto vio aquel traje de maid que sin duda, no era el de una maid cualquiera.

— ¡KURO!... ¡Idiota!

— Mahi, no te enojes, ese no es tu verdadero regalo—. Kuro pudo notar como el menor le veía en confusión y con un poco de esperanza a que fuera algo decente, pero por lo visto él tenía que romper todo eso.

— Entonces, ¿Cuál es?—. Oh, ahora podía sonreír con satisfacción, el mayor se acercó mientras tomaba el traje y lo extendía frente al castaño.

— Tu regalo será lo que te daré cuando lo lleves puesto.— Sonrió de forma lasciva y pocos minutos después de silencio, sintió el empaque del traje chocar contra su bello rostro. Más no le importó, más al rato él disfrutaría de aquella situación y el castaño también. No podía negarlo y él lo sabía.