El encuentro

2.3K 130 28
                                    


RIN, RIN, RIN, tras escuchar el sonido del despertador Lincoln y comenzó con su rutina, este apago el despertador e instintivamente encendió la radio como de costumbre, Lincoln se veía un poco feliz ya que su suspensión avía acabado y con ello su castigo.

Sin perder más tiempo Lincoln inicio su rutina diaria, apagar la radio, vestirse, preparar sus útiles para la escuela, despertar a Oscar, esperar a que este se vista y se prepare, asegurar la habitación e ir al comedor a desayunar.

Una vez que ambos muchachos terminaron de desayunar cada quien procedió a ir a su respectiva escuela, Oscar a la primaria y Lincoln a la secundaria, como ambos lugares quedaban cerca del orfanato no había necesidad de un autobús, por lo que ambos chicos siempre caminaban.

Aquello no molestaba para nada a Lincoln ya que la caminata le servía para despejar su mente de ciertos pensamientos molestos que rondaban su cabeza, pensamientos relacionados principalmente con las personas que una vez considero su familia.

Lincoln siempre pensaba en cosas como: ¿que estarían haciendo en estos momentos? ¿Si aún continuaban con sus metas? ¿Si lo extrañaban o ya lo habrían olvidado? Pensamientos que lo perseguido desde su primer día en el orfanato, pensamientos que a pesar del tiempo no se los había podido quitar de su cabeza.

Lincoln siempre lidiaba con esos pensamientos en sus caminatas, lo cual causaba que muy a menudo perdiera el sentido del tiempo y de las cosas que lo rodeaban. Sin darse cuenta el alvino pronto había llegado a su destino, ingreso a la escuela y fue directo a su salón y tomo asiento.

En esos momentos el aula estaba vacía ya que Lincoln siempre era el primero en llegar cosa que el alvino le agradaba ya que podía disfrutar de un poco de calma antes de las clases, Lincoln aprovechó esos momentos de calma y saco un libro de su mochila y empezó a leer mientras esperaba la llegada de sus compañeros y la maestra, los minutos pasaron y poco a poco el salón comenzaba a llenarse.

Por mera casualidad Lincoln daría un leve vistazo a sus compañeros de aula que estaban llegando cuando sin querer de todos sus compañeros vio a una hermosa chica de cabellos blancos, Lincoln que sorprendido por lo que veía, aquella chica se parecía mucho a él por lo cual no le despego la mirada.

El joven alvino vio estupefacto como aquella hermosa chica de cabellos blancos se acercaba a el hasta tomar asiente justo a su lado, Lincoln no hizo más que quedarse boquiabierto mientras veía a la chica nueva que había empezado a estudiar en esa clase justo ayer.

Mientras que Linka no había no había dejado de observar al chico alvino que la miraba y al igual que este ella quedo sumamente sorprendida por el enorme parecido que ambos compartían, desde el cabello hasta los dientes, ambos eran muy parecidos cosa que desconcertaba a ambos alvinos.

Ambos alvinos se quedaron mirándose mutuamente y sin pronunciar palabra alguna, poco importándoles lo que estuviera pasando a su alrededor al menos hasta que la maestra ingreso e inicio la clase.

Maestra: buenos días chiscos, hora de comenzar la clase así que por favor abran su libro de historia en el capítulo 5 (justo antes de iniciar la clase la maestra noto como se miraban ambos alvinos cosa que le recordó que Lincoln aun no conocía a la nueva estudiante, así que decidió zanjar esa cuestión).

Maestra: ¿LINCOLN?

Lincoln: ¡sí! ¡Maestra! (exclamo Lincoln nerviosamente tras salir de su transe y dejar de mirar a Linka).

Maestra: Lincoln como no estuviste presente la última clase no pudiste conocer a nuestra nueva compañera, Linka podrías presentarte a Lincoln por favor.

Corazón marchitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora