Taris y los Domos del juego , en la gran era cibernetica

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                                                 Taris y la lucha de los antiguos

El ave de luz salió hacia el océano sonde el cordón de islas e islotes se hallaba, era una parte del viejo continente, los océanos y mares del mundo de esta época habían cambiado, era tiempo después de que los polos se correrán hacia dentro del continente unos doscientos kilómetros, más hacia el centro, donde antes estaban, los inmensos mundos de las lenguas muertas , lenguas que se aprendían en meses como si se programara maquinas , de dicción que habían llevado a tantas naciones a colapsos apocalípticos por su amor a las armas de acción , y destrucción masiva.

Pero era otro mundo uno con otra figuración geográfica, uno con nuevas formaciones y muchas ciudades unidas, lo cual parecía que ese Dios del universo, había escarmentado otra vez a una humanidad, por aferrarse a la ilusión de los o las maquinas.

Todavía los viejos cuentan los ocasos de las auroras y albas que el mundo había encontrado antes de la enorme revolución de la cibernética, y de las ciencias de la vida de las especies, naturales y no naturales que creaba el hombre mismo, con esa maquina de Dios enterrada, adelantando aún más a la proyección de algunos ilusos que se olvidaban que todo otro semejante estaba a sus derredor y no un abismo , de sueño y mecanismos de la imaginación y la magia de la creación de imágenes , con realidades que parecían enviar a los jóvenes a enormes infiernos de percepción , donde para acertar la o los hilos de vida miles de millones morían en sus rutas, vías o caminos, de vida en busca de una vida eterna que solo parecía un mítico relato de un Dios , que distaba mucho de ser parte de una creación infinita , invisible e interminable.

La vorágine de la comunicación aturdía a miles y los nuevos domos de realidad aumentada ofrecían una adrenalina, semejante a la de las guerras, las innovaciones de los ejércitos se podían disfrutar en esos domos, incluso , los skaiters voladores con motores a nitro y eólicos , con sus enormes barriletes de planeo , los que el viento llevaba y aumenta ba la autonomía de vuelo, para que pudieran durante horas estar en los cielos , también los domos ofrecían enormes simuladores para aprender a volar máquinas y juegos en cámaras cero , semejante a semejante a la percepción de estar en el espacio sideral, en la estratosfera, y también allí se hacían muchos films, donde los mejores pilotos o jugadores , eran los colosos o héroes de este planeta de agua perteneciente a los nueve planetas de agua, de la constelación de Orión.

Un mundo tan semejante a la tierra, que sus seres en otros mundos eran tan pesados que podían aplastar un auto , con solo caer con sus cuerpos, sobre las máquinas, con seres dotados de otra forma de percepción y cuerpos o corporeidad, semejantes a la evolución de un hombre que emergió desde el océano, un ser braquial, que poseía semejanza con los humanos de la tierra.

Donde solo algunos llegaban en una proyección de vida que era imperceptible, ya que las almas de estos seres de los nueve mundos, primero iban a cuatro mundos distintos, luego a los otros cinco mundos donde se diluían sus esencias de vida y volvían a sus estados de luz, semejantes a enorme seres crisálidas , que se movían en el fluido de esos mundos tomado la forma de lapsos de vida , de otros para seguir hacia las estrellas y otras constelaciones.

Los domos habían llegado para quedarse, enormes estadios eran acondicionados para los nuevos juegos, los que duraron más de tres siglos, hasta el siglo veintitrés.

Y sucedió un nuevo accidente de los que ostentaban el poder, y la irracionalidad de la guerra como medio de obtener sus condiciones de existencia.

Y los domos pasaron a entrenar a miles, incluso se echó mano de los niños y los ancianos, en otros enfrentamientos, que apenas se podían ver en las miles de ciudades que parecían adormecidas por el frenesí de las posibilidades que los domos ofrecían para miles, que ciegos entraban en los caminos de la guerra.

Y el clima definió otra vez la contienda y otra glaciación se dio, casi sin aviso, y las nuevas rutas de vida variaron sus formas y contextos.

Mientras otros miles solo creían que realidad o la faz de sus mundo era la de siempre, la de sus ancestros, la sus herencias.

Mientras miles de seres de este mundo, Taris, colapsaban con muchos volcanes en reacción en cadena, y una glaciación que solo duraría 10 días, diezmando a los millones de seres que allí Vivian, solo quedaron unos pocos cientos de miles o varios millones que habían seguido la luz de sus seres de creación, la proyección de los crisálidas, y habían encontrado la ruta de escape en el momento indicado, las rutas de seres que se iban en la luz misma, seres que nadaban en la luz de los mundos.

Los efectos de esta glaciación habían llevado a otros a sumergirse, en los océanos e islas, y a otros a no salir de los mares, pero muchas ciudades estaban bajo el agua, y miles de estos seres de Taris, se volvían a sus orígenes hacia sus branquiales y etéreas corporeidades.

Hasta habían recuperado sus pies de peces, sus branquias y sus brazos aletas, en pocos años,

Y de nuevo la creación de ese ser dividió sus habitantes, los conservo con branquias y sin branquias, llevando a enfrentamientos y luchas intestinas por las islas i nuevos contienes...

Taris , el noveno mundo de la constelacion de OrionWhere stories live. Discover now