Chanyeol siquiera tenía planes algunos de salir a perseguir al menor, no era lo suyo salir a rogar a las personas y mucho menos a un crío como él.
En ese instante recibió una llamada, precisamente de su jefe y quien en primer lugar le ordenó buscar a un muchacho de la edad de Minseok para planes que tenían con él.
Eran de la mafia y creían que al tener un tipo de carnada como un muchacho joven y de rasgos delicados les ayudaba en demasía. Pero su jefe, Kai, le llamó para mencionarle que ya no necesitaban a Minseok, que se hiciera cargo de él solo y Chanyeol no tardó en explotar de rabia, ¿que mierda haría él ahora con el menor? No podía deshacerse de él porque no era un maldito objeto del cual podía salir fácilmente, seguramente si lo devolvía al orfanato le realizaban un proceso y tener sospechas de la gente era lo que menos necesitaba en ese momento.
Kai le había colgado y le había dejado con ese maldito problema en las manos, ahora debía Ingeniarselas para saber que hacer con ese pequeño inútil que apenas sabía limpiarse bien el culo.
Se dirigió hasta la habitación de Minseok, explotando de la rabia y cuando abrió la puerta, solo pudo toparse con su cuerpo agachado, más bien, arrodillado, estaba rezando y con los ojos cerrados; Claramente, lo interrumpió, lo tomó del hombro para voltearlo de la manera más brusca posible, y así, darle una bofetada en aquel bonito rostro que poseía.
El pequeño Minseok chilló tras recibir aquel golpe que le dejó desconcertado, pero no era el único, pues Chanyeol lo arrastró hasta su cama recién tendida, donde comenzó a golpearle como el maldito loco despiadado que era, Minseok solo intentaba apartarlo de una manera realmente inútil, pues cada vez que lo intentaba, Chanyeol se enloquecía más, constantemente gritaba “ ¡Todo es tu culpa! ¡Si tan solo no me hubiese metido en eso! ¡Maldita sea, maldito estúpido! ”
Las lágrimas corrían por sus enrojecidas y golpeadas mejillas, observaba con inocencia al más grande, que solo reflejaba rabia y odio en su expresión.
Después de media hora, por fin dejó de golpearle, pero el menor ya estaba inconsciente, dormía 'plácidamente' después de la golpiza que le habían brindado.Dormía como un bebé junto a sus peluches, con su rostro y parte del cuerpo golpeado. Cubierto de notorios moretones y con el labio roto, y todo por culpa, de algo que el siquiera sabía, o entendía.
Chanyeol se retiró, y el cuarto fue rodeado por las empleadas, que preocupadas se dirigieron a tomar el pulso del pequeño que apenas respiraba. Después de haberle curado aquellos moretones, se retiraron dadas las órdenes del mayor.
Park solo pensaba en que mierda podía hacer ahora con un niño de esa edad, no tenía ningún maldito conocido que quisiese un niño, y tampoco podía regalarlo a un burdel porque nuevamente, no deseaba levantar sospechas de nadie.
Minseok despertó alrededor de la madrugada, y lo primero que hizo fue dirigirse al cuarto del mayor, donde se escabulló hasta llegar a la cama de este mismo y así poder acostarse junto a él. Chanyeol estaba dormido, realmente dormido porque de ser lo contrario, ya hubiese echado al pequeño a patadas.
Las manitas de Minseok se deslizaron por la cintura del mayor, le abrazó y se aferró a su marcada figura, donde se apoyó y se durmió con una sonrisita dibujada, dejando de lado el hecho de haber sido golpeado por este mismo.
Chanyeol inconscientemente le correspondió, y deslizó una de sus manos por la cabeza de este, apretándole aún más y la otra, estando en su cadera, así intercambiando el calor que ambos cuerpos desprendían.
Al día siguiente, Chanyeol se despertó con la incómoda sensación de algo pesado encima suyo, era el maldito mocoso, y por alguna razón, lo estaba abrazando, agarre que soltó tras estar ya totalmente despierto. Minseok se levantó por la manera tan poco gentil de haber sido tirado al otro lado de la cama, donde se incorporó y acomodó, sonriéndole con ternura al mayor que lo observaba con gran disgusto, agregando de manera suave para evitar el vergonzoso silencio en la habitación.
— “ Bu...enos, dí...as, pa...pá. ”
— “ Buenos días, mocoso. ”
Respondió con voz ronca, pues no le negaría un saludo, después de todo, la decencia no pelea con nadie.
Se levantó y bañó para irse a trabajar, mientras que Minseok seguía acostado, nuevamente se había dormido y Chanyeol solo se dedicaba a observarlo, para poder ver más detalladamente el bello rostro del pequeño, de facciones delicadas y aquellos encantadores ojitos que parecían de gato.
— “ Que mierda estoy haciendo, ahh. ”
Gruñó, golpeandose a si mismo tras rebajarse y pensar tales cosas del menor, cuales no desaparecieron en todo el día, pues incluso trabajando se acordaba de ese mocoso sonriéndole como había hecho en la mañana.
Después de un rato, llegó a la mansión, donde directamente fue a buscar al menor a su habitación, por suerte, estaba allí, sentado en la cama jugando con sus peluches de pingüino, acción que le enterneció lo suficiente como para quedarse a admirarle un par de minutos. El pequeño Minseok tras sentir aquella pesada energía tras suyo, se volteó de manera lenta, esperando no ser recibido con golpes como había pasado el día anterior. Tenía miedo, pero tras ver que el mayor no se movía y tampoco tenía intenciones de hacerle daño, se le lanzó a los brazos, apegandose a este cual koala.
— ¡Papá! Te...ex...trañé.
— No tengo tiempo, vistete y vamos.
¿A dónde? Quiso preguntar, pero Chanyeol ya se había ido y él se había quedado solo en la habitación, obligado a vestirse sin motivo alguno.
El mayor suspiró tras verlo bajar de manera apresurada por las escaleras, pues terminó tropezandose por estas y haciéndose daño en las rodillas. Como Chanyeol era un hombre realmente despreocupado, le restó importancia a las heridas y le tomó de la mano, para proceder a retirarse de la mansión y posteriormente subirse al lujoso auto que poseía.
No tardaron en llegar, ambos salieron al tiempo y lo que Minseok pudo divisar fue una gran tienda de ropa bellísima y además, costosa. Se dirigió con el más grande al establecimiento, donde el pequeño comenzó a curiosear y ponerse encima del uniforme las cosas. Chanyeol lo observaba y se reía tras ver tan tierna acción, pero se golpeaba repetidamente tras aquellas estúpidas reacciones por parte propia, olvidando completamente que no debía perder tiempo alguno. Le tomó del brazo y comenzó a buscar ropa adecuada para él, eligiendo y vistiéndolo completamente cual muñeco de vitrina.
Tras acabar de probar y comprar, salió con el menor que parecía muy feliz, estrenando su nueva ropita y dando saltitos de alegría.
Se veía realmente encantador, y mucho más, con aquel moñito rojo que tenía amarrado alrededor del cuello, tal que parecía un regalo. Nadie más había elegido ese tipo de collar que el mismo Chanyeol, que tenía sus gustos raros y estúpidos.
Tras terminar aquello, decidió llevarlo a comer helado y a ver funciones de teatro de gente disfrazada de peluches. Típicas obras para niños pequeños, pero nada podía hacer, si el menor tenía tan peculiares gustos y aún seguía siendo inmaduro en aquel tema.
Ya comenzaba a oscurecer el día, y su pequeño bostezaba continuamente de la pereza que tenía. Así que debía retirarse y llevarlo ya a dormir, y fue lo que hizo, lo dejó en la mansión junto a sus veinte bolsas de ropa y juguetes y se retiró de allí, dándole estrictas órdenes a las empleadas de no dejarlo salir de su habitación o algo parecido.
No podía quedarse, pues tenía trabajo que hacer y a eso se retiró, a ver a su jefe y a hacer el sucio trabajo de matar a la gente que le encargaban, hasta el día siguiente, que ya pudo llegar a descansar del agitado día anterior.
Tras llegar, lo primero que notó fue que Minseok no se encontraba y eso le preocupó lo suficiente como para enloquecerse, pero entonces se dirigió a su habitación y lo encontró agazapado en un rincón de la cama, durmiendo abrazado a un peluche que el mismo le había regalado. Suspiró del susto que había sentido y finalmente, se acomodó en la cama junto al menor, para proceder a dormirse y recuperar energías para más tarde.
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愛 ; sᴛʀᴀɴɢᴇʟᴏᴠᴇ
FanficMinseok es un pequeño huerfano de 16 años, quien tiene amor y pasión por el arte. Vive encerrado en un orfanato donde recibe constante matoneo por parte de sus compañeros y directoras hasta que recibe la noticia de que alguien ha tenido el suficien...