Capítulo 10

2K 93 41
                                    

No me faltaba mucho tiempo para irme de allí y poder llorar en paz, todo esto me estaba sobrepasando. Sabía que probablemente era la última vez que la vería y que era mi oportunidad. Haría eso que llevaba meses pensando hacer pero nunca tuve el coraje, al fin me liberaría, ya me daba igual cual iba a ser el resultado de esto, yo solo quería quitarme un peso de encima, el peso que llevaba sobre mi espalda un par de meses y que ya no aguantaba más la carga. Cada día que pasaba ese peso empeoraba y se volvía más pesado, hasta el punto en el que ya no podía aguantarlo más y ese punto era ahora, si me lo quitaba de encima me sentiría muchísimo mejor en el futuro, y no viviría con la conciencia intranquila de pensar "no se lo dije" y torturarme a mí misma como lo suelo hacer.

Llegó el momento de la verdad, las lágrimas cayeron por mis mejillas después de escuchar sus palabras de que no volvería a darme clase, y ya no pude más, lo dije como una niña desesperada buscando consuelo.

- Pe-pero Choni, yo estoy enamorada de tí -

Lo dije, las palabras salieron de mí sin pensarlo dos veces. Mi intención al haber ido a visitarla no era confesarme, pero lo acabé haciendo. Y aseguro que después de hacerlo me sentí muy liberada por todo lo que había sufrido este tiempo.

La reacción de Choni al oír mis palabras fue de sorpresa, obviamente no se esperaba para nada que una alumna le dijera que estaba completamente enamorada de ella así porque sí. Pero después pensó un poco, ya que, por su parte no sentía lo mismo hacia mí y nunca lo haría, me tranquilizó secándome las lágrimas que no paraban de caer y me acercó a ella. Seguidamente me acomodé a su lado y nos abrazamos, no hacían falta las palabras, yo sabía que ese abrazo no era uno cualquiera, era uno de perdón, un lo siento que me decía por no poder corresponder mis sentimientos. Y eso ya me quedó claro, lo nuestro siempre fue un amor imposible, pero ahora aún más, ya que ella sabía lo que pasaba.

Nos quedamos abrazadas por un momento y después nos separamos, yo ya no lloraba, ya lo tenía todo asumido, es más ahora me sentía mejor por haberme liberado y haber acabado entre sus brazos, me gustaba tanto, pero me tenía que hacer a la idea de que ya no era nada posible. Probablemente era la última vez que hablaba con ella, y el primer y el último abrazo que me daba, pero no pasa nada, yo ya estaba bien, dentro de lo que cabe.

No había más dolor para mí ni sufrimiento de guardarme lo que sentía dentro, la otra persona ya lo sabía y podría asegurar que fue lo mejor que hice. Me ayudó bastante a continuar con mi vida más relajada y poder poco a poco olvidarme de ese amor imposible, aunque nunca lo olvide del todo, siempre estará ahí pero ya no dolerá.

Después de todo lo hablado en aquella habitación llegaba mi hora de despedirme, la peor de todas. Siempre he odiado y odiaré las despedidas, y más si sabes que lo más seguro es que no vayas a ver a la otra persona. Me levanté de la cama y me acerqué a ella ya que me indicó eso. Me dió dos besos en las mejillas y me deseó todo lo bueno para mi futuro, también me dijo que aunque yo no lo creyera, me tuvo y me tiene mucho aprecio, que soy una alumna excelente y que disfrutaba mucho dándome clase, finalmente me dió las gracias por mí preocupación y también me consoló con lo de mi declaración y me dijo que necesitaba olvidarla para seguir haciendo mi vida, que todavía era muy joven para sufrir así de amor. Yo en cambio aguantaba otra vez mis ganas de llorar mientras ella hablaba y cuando terminó le di las gracias y también deseé que se recuperara pronto y le fuera bien en la vida cuando se quitara esas deudas de encima, que le fuera muy bien en su nuevo trabajo y de nuevo gracias.

Al decir esta última palabra salí de la habitación algo destrozada, pero nada comparado con lo que realmente sentía, ya estaba mejor después de haberlo hablado todo con ella y mi confesión que pensé que nunca sería capaz de hacerla. Pues lo había conseguido, mi yo de hace unos meses, una completa cobarde, y mi yo de ahora podía enfrentarse a sus sentimientos y ponerle un resultado beneficioso para mí.

Ya me encontraba en el pasillo del hospital y ya no estaba llorando, dejé mi mente en blanco y me fui a la cafetería a coger mis chuches favoritos que siempre me subían el ánimo, aunque fuera un poco. Las compré y empecé a comer por los pasillos en camino a la habitación de mi tío de vuelta, como si nada hubiera pasado, regresé y me encontré a mi madre y a él conversando como los dejé. Ellos no preguntaron en ningún momento por mí tardanza, algo que fue bueno porque no quería mentirles o acabar explicar explicando todo lo ocurrido. Continuamos allí un tiempo más hasta que nos tuvimos que ir mi madre y yo porque se hacía tarde y teníamos que volver a casa. Nos despedimos de mi tío, solo se quedaba una noche ingresado así que mañana volvería a su casa, me alegraba que todo lo hubiera ido bien en su operación. Espero que Choni también su recuperación vaya bien y no tarde en recomponerse, pero debía hacer lo que ella me dijo, olvidarme de este amor para seguir mi vida, lo intentaré hacer y probablemente lo consiga, pero como comenté previamente, nunca olvidaré este amor, siempre quedará algo y recordaré esos tiempos en los que estuve enamorada de mi profesora de inglés, y me confesé, aunque las cosas no fueron como yo quería, al menos obtuve su comprensión y de alguna forma su amistad al fin y al cabo, no estoy segura de si su amistad pero al menos de algo distinto a la relación de cualquier alumna y profesora.

DON'T FALL IN LOVE {Alumna X Profesora}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora