Capítulo 4

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Finalmente, acaba la hora del recreo. Y yo me había pasado todo ese tiempo allí, esperando. A veces me dicen que soy muy cabezota e insistente, y que confío muy rápido en las personas cuando no debería, en esto último les doy la razón. Siendo sincera, no sé que acaba de pasar. He estado más de media hora sola esperando, ¿esperando a quién? A esa a la decía haberme enamorado, supuestamente.

Tengo una mezcla de sentimientos y esto no me está sentando nada bien. Será mejor que regrese a clase, me digo a mí misma. Y así es como vuelvo a la cuarta clase del día. No sé si estoy decepcionada, triste o enfadada, pero no quiero juzgar a mi profesora de inglés así, no quiero ser tan dura.

Quién sabe, yo confío en que haya tenido un imprevisto y no haya podido venir. No quiero imaginarme que ella es ese tipo de personas que no le dan la más mínima importancia a las cosas, y más cuando se trata de su trabajo, espero que sea responsable y tenga una buena respuesta que darme respecto a esto. Sería muy triste que se hubiera olvidado de mí, pero si fuera así, yo también me olvidaría de ella, no merece la pena sufrir de estas maneras.

Lo dicho, que vuelvo a clase y todavía no estaba el profesor. La gente estaba hablando o haciendo cualquier tontería como habitualmente. Sigo preguntandome que habrá sucedido para que no acudiera a nuestra ¿"Cita"?. Me acerco a una compañera con la que más tengo confianza de toda la clase y sé que no se lo va a contar a nadie lo que yo le diga, y viceversa. La saludo y empezamos a hablar sin un tema en concreto. Yo sé que ella en la hora del recreo está cerca de la valla, por donde pasan los profesores. Creo que ya podéis adivinar las intenciones que tenía al hablar con ella. Y esta es nuestra conversación:

- Hoy en el patio, ¿no habrás visto a la profesora de inglés? - La pregunto con intriga y en voz un poco baja.

- Mmm... Déjame que recuerde. Creo que sí que estaba en la calle - Dice con cara pensativa y llevándose la mano a la barbilla.

- ¿Estás segura? - La miro fijamente.

- Sí sí, ya me acuerdo. Además me he sorprendido muchísimo porque la he visto fumando, hace años que no la veía así. - Sube sus cejas con expresión de asombro al recordarlo.

- ¿Q-Que? ¿Fumando? Pero si lo dejó... - Replico sin aún creerme lo que oía.

- Te lo juro, vamos, si era ella, que yo te lo aseguraría. - Responde muy segura.

- Gracias por decírmelo, igualmente me parece muy extraño. - Digo de forma incomprendida.

- No lo sé, pero al menos yo en las últimas clases la he notado... No sé cómo explicarlo... ¿Distinta? Parecía que no estaba muy centrada en lo que dábamos o que debe de tener algún problema, yo pienso eso - Da su opinión al respecto mientras jugaba con sus dedos.

- Puedes tener razón, pero quién sabe, al fin y al cabo es la profesora, y no nos va a estar contando su vida privada - Ojalá lo hiciera, pienso en mi cabeza.

Ella iba a intervenir en la conversación pero lo corta porque vemos al profesor de historia entrar en clase y la gente regresando a sus sillas, lo mismo hacemos nosotras, pero antes nos intercambiamos una mirada, como si nos despidieramos.

• • •

Acaba la sexta hora, ya hay que volver a casa después de una larga mañana. Después de que mi compañera me contara aquello de Choni y el tabaco, en las siguientes horas de clase no pude parar de pensar en ello. Y otra vez vuelve esa mezcla de sentimientos a mí, creo que ahora me encuentro aún peor que cuando la estaba esperando en el recreo...

Me despido de mis amigos y me voy a casa sola, como todos los días. La verdad, me gusta volver e ir sola, ya que me llevo el móvil y mis auriculares y voy escuchando música, creo que es de los momentos más relajantes del día para mí. Mis gustos musicales suelen varias, depende de cómo me sienta, o tal vez no depende de nada, simplemente de que me guste. Abro Spotify y me meto a una playlist que tenía de las primeras y la reproduzco aleatoriamente. Se pone una de pop de las últimas canciones que sacó Charlie Puth y la dejo.

En un par de canciones más llego a mi casa, como todos los días, me saluda mi madre y me pregunta qué tal me fue en el instituto, yo como siempre la respondo bien, aunque no sea así, no importa. Poco tiempo después, mi madre se marcha al trabajo. Y yo vuelvo a pensar en Choni... La quiero dar una segunda oportunidad, espero que lo de fumar haya sido un malentendido, no sé... Pero me tiene que dar una explicación de porque no vino, no me puede dejar así. La idea de que ella no haya dejado plantada por irse a fumar un cigarrillo, me escandaliza, no quiero que recaiga, esto no es bueno para su salud, ni menos para la mía, yo intento cuidar de ella, aunque no lo sepa todavía.

Así acabo mi tarde haciendo cualquier cosa (además de los deberes de inglés) y me voy a la cama. Mañana sería un nuevo día, además que mañana hay clase de inglés, quiero ver a Choni y preguntarla que pasó... Espero que mañana no ocurra nada malo de lo que me pueda arrepentir de oír. Una persona enamorada es aún más sensible de lo que se es normalmente, presiento que me puede afectar mucho esto, y no quiero salir perjudicada.

• • •

Al día siguiente, ya en el instituto...
La clase de inglés era a quinta hora. Juro que las horas anteriores se me hicieron eternas, casi que estaba desesperada porque no llegaba la hora de inglés, los minutos pasaban muy lentos y eso era cada vez lo más parecido al infierno.

Hasta que finalmente llegó la clase de inglés, me puse un poco nerviosa, pero lo oculté, sé hacerlo muy bien, nadie nunca se da cuenta de realmente lo que me pasa, podría fingir así para siempre, pero sé que no llegaría a ninguna parte.

Ya estaba Choni dando clase, pero yo esperaba al final, para poder hablar con ella.
Después de tomar algunos apuntes y apuntar los deberes en la agenda, acaba la clase, y me acerco a ella, está vez intento guardar algo más las distancias entre nosotras.

- Verás Choni, te quería comentar... - Me dirijo a ella un poco tímida.

- Cuéntame -

DON'T FALL IN LOVE {Alumna X Profesora}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora