DON'T FALL IN LOVE {Alumna X Profesora}

Capítulo 7

Cuando quise entrar al metro no encontraba mi bono transporte que uso siempre para montar. Miré por todos mis bolsillos y no lo encontré ni lo vi entre nada. Abrí la mochila que llevo a la academia y tampoco estaba, ni en las cremalleras, ni en el estuche, ni entre los libros que cargaba dentro.

Me empecé a preocupar bastante, ¿qué podía hacer sin bono? Podía volver andando pero el problema es que llovía mucho y el camino hasta mi casa era bastante largo como para ir andando, quizás tardaría tres cuartos de hora o un poco más. Además el mal tiempo no acompañaba como para ir andando, y no tenía pinta de parar de llover.

Seguía en la boca del metro debajo del techo para no mojarme, decidiendo qué hacer. También podía esperar a que dejara de diluviar, pero nadie podía estimar cuánto tiempo sería eso de espera. Incluso se me pasó por la cabeza la idea de colarme en el metro, pero tampoco me quería arriesgar a las consecuencias que podían pasar después o si en ese momento me pillaban; y tampoco me veía capaz de hacerlo, o de tener el suficiente coraje como para no ser cogida por nadie y llegar a casa sana y salva, sin la conciencia sucia, para eso no tenía el coraje que se necesitaba, ni para eso ni para otras cosas como confesar mi amor hacia la persona que quería a mi lado pero que era imposible tenerla.

Y ahí estaba yo, hundida en mis pensamientos y sentimientos, todavía sin haber decidido nada de qué hacer, hasta que algo me hizo reaccionar, la imagen a lo lejos de una persona que conocía. Me quedé paralizada mirando la figura de aquella persona con un paraguas familiar acercase cada vez más hasta que pude ver completamente de quién se trataba. Era Choni. No podía creerlo, al reconocerle me dió un vuelco al corazón y no supe cómo reaccionar ni cómo actuar. Finalmente cuando se acercaba hice lo que solía hacer en estas ocasiones, mirar al suelo haciéndome la despistada.

De un momento a otro estaba frente a mí saludandome y preguntándome qué hacia allí. Me puse un poco nerviosa cuando la escuché dirigirse a mí como alguien cercano, pero la respondí sin ningún problema, poco a poco dejé de estar tan nerviosa.
La respondí como pude explicando mi situación actual, había perdido la tarjeta que me permitía desplazarme a muchos sitios en transporte público, estaba lloviendo mucho como para ir andando hasta mi casa y lo peor, tampoco tenía dinero para comprar un billete y poder volver. Obviamente que no le dije que se me pasó por la cabeza la posibilidad de colarme en el metro sin pagar.

Acabé de contarle mi triste y patética historia y se quedó pensativa durante unos segundos. Finalmente me dió una respuesta que no me esperaba para nada, me dijo que ella también iba a coger el metro así que me propuso que fuera con ella, claramente me compraría el billete para montar, ya que yo no tenía dinero para eso. Al principio rechacé la idea por cortesía más que nada, obviamente quería volver a casa en metro y no tener que esperar más y aún mejor si volvía con Choni, aunque esto me pusiera un poco nerviosa, además de que me pagaría el billete y me dijo que no se lo tenía que devolver que no me preocupara por el dinero, algo muy considerable por su parte.

Me insistió diciendo que no me podía quedar allí sola y sin que nadie viniera a por mí, porque no podía llamar a nadie para que me recogiera, ya que mi familia también estaba muy ocupada haciendo cosas fuera y no tendrían tiempo de venir a por mí en coche. Así que finalmente acepté su propuesta y cogí el billete de metro que me había comprado para seguidamente entrar con ella. Llegamos al andén sin decir ni una palabra y eso me ponía aún más nerviosa, no podía parar de pensar en ella y lo que llevaba ocurriendo los últimos meses, mejor dicho los últimos días. Ella se había comportado de una forma distinta y eso me había desconcertado bastante, pero no la echo la culpa, ya que, seguramente tendría sus problemas que le afectaban más o menos pero lo hacían y eso me preocupaba, como a cualquier persona que le preocupa la otra que le gusta cuando está mal, en eso se basa un poco el amor, ¿no?

Después de estas reflexiones internas miramos el panel en donde ponía cuánto tiempo tardaría el metro en llegar, en este caso unos ocho minutos, así que todavía teníamos que esperar un rato para montar. Choni me dijo que si quería ir a sentarme con ella a un banco porque no iba a esperar ocho minutos de pie; yo realmente quería ir con ella pero mi timidez a veces me vencía, así que simplemente fui detrás suya hasta el banco y me senté a su lado. Una vez allí no creí que me soltara tanto como lo hice, no sé cómo pasó pero no me arrepiento. Empezamos a hablar normal y yo me fui tranquilizando ya que su voz siempre me había resultado relajante, eso me ayudó mucho. Ella se puso a preguntarme cualquier cosa solo para matar el tiempo de espera, y yo la respondía sin ningún problema. Finalmente llegó el momento en el que me animé y le pregunté lo que me rondaba la cabeza estos días y no salía de ella, ¿Qué la había ocurrido?
Ella se puso a pensar y acabó dándome una respuesta, algo que no le había dado a nadie del instituto. Me contó que hace poco su padre había fallecido por una enfermedad que llevaba padeciendo un tiempo y que al final acabó con él exactamente hace unas semanas. Ella seguía bastante dolida por la muerte de este, pero lo historia no acababa aquí. Prosiguió contándome que la muerte de su padre había tenido muchas otras consecuencias, ya que, ahora no sabía qué hacer porque su padre se había ido de esta vida sin decir nada a nadie, dejándose unas cuantas deudas por pagar que se pasaban de dinero y eso era lo que más le preocupaba estos días.

Había estado así porque el hombre al que su padre le tenía que pagar había ido a reclamar el dinero a su familia, y ella se estaba haciendo cargo de lidiar con él, pero que por el momento no se podía permitir pagar tanto dinero. Había estado quedando con ese hombre estos días, es más, volvía de hablar con él y después de que dijera esto todo me cuadraba, ese hombre del que me hablaba era con el que le vi aquel día en esa cafetería hablando, ahora me quedaba más tranquila de que no tuvieran una relación amorosa, pero a la vez me preocupaba bastante la situación por la que estaba pasando y otra vez sentía esa impotencia de no poder hacer nada para ayudarla.