Cuando el castaño salió del baño y fue rumbo a la cocina para comer lo que el rubio le había preparado, se preguntaba por qué el capitán era tan considerado con él.
-No será que... –sonrió, si su teoría era correcta eso quería decir que Steve gustaba de él. –Esto si que es interesante. –Llegó a la cocina y vio a Steve.
-Ya está la comida... –el plato estaba en la mesa.
-¿Qué es eso? –preguntó el genio viendo la comida. No estaba acostumbrado a comer ese tipo de comida.
-Tu comida... –se extrañó pero entendía la actitud de más bajo.
-...
-Para tener energías debes de comer bien, no solo comida rápida. Eso incluye verduras, fruta y todo lo que incluya el plato del bien comer. –dijo con orgullo el rubio.
-Ah ya... Está bien, comeré eso... –comió de mala gana mientras el rubio sonreía triunfal.
-Me lo agradecerás después...
-"Me lo agradecerás después" –el genio lo aremedó.
El día fue avanzando hasta que fue la hora de dormir, Tony se encontraba en la cama completamente solo. No podía dormir y Steve ya se había retirado a su habitación.
Daba vueltas por toda la cama y no lograba pegar ojo. –Tal vez un poco de leche caliente ayude... –fue a la cocina y se tomó la leche, después se sentó en el sofá de la sala. –No funciona... Era demasiado bueno para ser verdad. –suspiró. –creo que mejor me voy el taller un rato...
-Te dije que te fueras a dormir, Tony. –regañó el capitán.
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Historias No Tan Cortas
RandomSegunda parte de "Pequeñas Historias". Cualquier situación en la vida de Anthony Edward Stark. Créditos al autor de la imagen.