¿Oye, que soy para ti?

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Hoy era una día el cual Ruby no quisiera recordar jamás, hoy era el día, el día en el cual, Ruby tenía que despedirse de su acompañante más fiel, todas las chicas de Aqours se encontraban despidiendo a la chica que siempre se encargaba de que no hicieran ningún desastre, como se imaginan, quien se iba de Uchiura, era nada más, ni nada menos, que Kurosawa Dia.

Al parecer, era ella de entre las de tercero, que se iba primero, después le seguiría Kanan y por último Mari. Dia había decidido ir sola a la estación, para evitar derramar lágrimas, le dolía dejar a chicas maravillosas, como lo era Aqours, pero por otro lado, estaba deseosa de poder estudiar en tan prestigiada escuela, lo que más le dolía era dejar a su hermana y a su amor secreto, no era Kanan, tampoco era Mari, se trataba de la chica más densa de todo el grupo, se trataba de Kunikida Hanamaru, el amor secreto de Dia, maldecía que el tiempo se le había acabado, pero había tratado muchísimas veces de soltarlo todo, de confesarse, pero a lo mejor Hanamaru no era para ella, tal vez ella no merecía el amor, tal vez, sólo tal vez, ella había nacido para dedicarse completamente a su profesión, sin amores de por medio.

Eso la consolaba un poco, jamás se esperó, que al llegar a la estación se encontrara con sus antiguas compañeras, detuvo su andar, escaneó un poco la escena, todavía no había sido detectada, con los reflejos que poseía, corrió hasta una esquina dónde no pudiera ser vista, alzó la vista, viendo que las chicas la esperaban, todas se veían cansadas, Dia trató de pensar en algún plan, que le funcionara para salir de ésta, sin ser vista por ninguna de las chicas.

Estaba claro, que Dia hacía ésto para no llorar en la despedida, pero había otra razón, ella sabía que sí veía a su amor secreto, derramaria tantas lágrimas y al final se quedaría en Uchiura, prometiendo no separarse de Hanamaru, pero ella no quería eso, ella quería olvidarla, olvidar todo lo que estuviese relacionado con Hanamaru, sólo quería irse a Tokio, hacer una buena carrera y concentrase en hacer una buena vida allí, odiaba tener que dejar sola a Ruby, pero era algo que la Kurosawa mayor tenía que hacer, tal vez regresara de visita, sólo para ver a su hermana y después volver a Tokio, o poner excusas, para que Ruby fuera a verla a Tokio, ya se las arreglaría después, ahora lo importante era salir de Uchiura, sin ser vista por nadie.

Volvió a asomar su cabeza por la cornisa, observando como su amor secreto, estaba bastante cansada, por otro lado sus dos amigas de la infancia platicaba entre ellas, el trío amoroso de segundo, decían babosadas y se reían, la loca del Ángel Caído trataba de calmar a Ruby y por último, a su hermana que lucía bastante preocupada. Miró el reloj de su muñeca, se preparó mentalmente, en unos minutos llegaría su tren, tendría que correr lo suficientemente rápido, para pasar desapercibida y subir al tren, para alejarse del bendito pueblo y no volver, por lo menos no hasta que  haya terminado sus estudios y se haya titulado.

-bien, aquí voy-se dijo así misma, comenzando a correr hacia al tren, lamentablemente una señora se le había caído su equipaje, cerca de donde se encontraban las ocho chicas, ahora preocupadas, por no haber visto ya a la pelinegra-debe ser una broma-dijo apresurándose a volver hasta la señora, ayudándole a recojer sus cosas.

Todo parecía ir bien, ninguna de las ocho chicas, la había visto aún, la señora le agradeció por su ayuda, Takami Chika, prestó atención a la señora agradeciéndole a la pelinegra, le llevó unos minutos reaccionar, para darse cuenta de que era Dia, le iba a llamar, de no ser, porque la pelinegra corrió como un demonio hacia el tren, la vio abordar el tren y perderse de la vista de la pelinaranja, la chica sonrió, sabía porque había hecho eso, tal vez parecía ser una idiota e incluso lo era, pero nadie podía esconderle un secreto a la gran Chika Takami.

-¿dónde diablos, está Dia? El tren ya partió-preguntó impaciente Yoshiko, al ver que Ruby comenzaba a preocuparse y no había forma de calmarla.

-ella ya se ha ido-dijo inocente Chika, todas la vieron asombradas por lo que dijo, Kanan se le abalanzó para que le explicara con más detalles.

-¿cómo que ya se ha ido?-interrogó Kanan, tomando a Chika por los hombros, está se encogió de hombros. No le veía mayor ciencia, ya había dicho que Dia se había ido a Tokio.

-¡Kanan cálmate!-exclamó You, tratando de tranquilizar a su sempai-¿Chika, cómo sabes que ya se fue?-preguntó con más calma la peliceniza.

-la vi correr hacia el tren, parecía apurada-comentó la chica sonriendo, Hanamaru puso atención.

-¿Are you sure that is was really her?-preguntó Mari, Chika asintió con la cabeza, una voz decepcionada interrumpió la conversación.

-¿pero...por qué no se despidió de nosotras zura?-preguntó Hanamaru, sintiéndose traicionada de alguna forma.

-tal vez mi onechan, no quería llorar al despedirse-comentó Ruby, mirando los rieles del tren.

-o tal vez no quería despedirse de ti-dijo Yoshiko, cruzando sus brazos detrás de su espalda, dando una imagen desinteresada por el tema.

-¡Yocchan!-regañó Riko, dando un pequeño codazo en la costilla de la Datenshi, ésta se quejó y le reclamó por el golpe.

-no le hagas caso Hanamaru-dijo Kanan nerviosa, Hanamaru se quedó con cara confundida, no entendía nada de lo que pasaba, definitivamente ella era la chica que superaba a Umi, en ser despistada.

Por otra parte, Dia se preguntaba si había hecho bien en huir de sus problemas, una parte de ella se había quedado en Uchiura, no sabía que era, pero rezaba por no tener que pisar Uchiura, por lo menos en varios años, esperaba mantenerse alejada, sin darse cuenta se durmió lo que restaba del viaje.

Ahora todo sería diferente, tal vez Dia tenga que pisar Uchiura una vez más, para declararse a su amor secreto, o podría ser que Dia olvide éstos sentimientos que la molestan entre sueños, o simplemente se concentre en sus estudios y no vuelva hasta que esté titulada.

Me enamoré de mi sempai zuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora