martes noche

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Está totalmente distraído, ha dejado los escritos olvidados en la mesa y ahora se mantiene observando por la ventana, sigue con la vista a cualquier transeúnte que le llame mínimamente la atención.

La noche se ha hecho en la ciudad y aunque el día estuvo soleado ahora el cielo se había llenado de unas pesadas nubes oscuras amenazadoras.

Da un suspiro cargado de un duro pesar mentalizado de que hoy tampoco iba a poder escribir. Había vuelto a fracasar.
Alcanza con desgana el calendario cercano a la mesa de trabajo y tacha el día "17 de febrero" después cuenta con cierta pena los días desde que comenzó su bloqueo. Un total de trece días.
Da un último vistazo a la calle casi sin vida y se levanta del peldaño, se coloca su abrigo y sale fuera del piso.
Vive en la última planta de un edificio sin ascensor así que pesadamente baja las escaleras con destino a la avenida.
Afuera el clima es frío y parece que está a punto de llover aún así Wei Wuxian va calle abajo metiendo sus manos dentro de los bolsillos del abrigo negro.
Piensa una vez más como alguien como él, bueno en todas las artes, puede tener un bloqueo creativo durante tanto tiempo. No es como si nunca hubiese tenido uno pero cuando tiene que entregar la obra dentro de tres meses a la editorial realmente se agobia, pensando que es un inútil ya que apenas había comenzado el escrito.

Sus amigos le habían dicho un par de semanas atrás que dejase de preocuparse, era un tipo inteligente con gran imaginación y muchas salidas así que podría terminar la obra sin problemas aún así y aunque lo intentase no estaba inspirado.
Sus anteriores obras eran experiencias de cuando era aún más joven, personajes inspirados en él y en sus problemas de juventud. Ahora rondaba los 24 y después de haber escrito otros libros que habían triunfado no quería defraudar a nadie, realmente estaba asustado pensando en que quizás no podría cumplir las especificativas que tienen sobre él .

Mira el cielo cuando las gotas de lluvia comienzan a caer con furia, permanece como un estúpido allí durante unos segundos concentrándose en los fríos goterones que caen sobre su cara.

—Realmente nada bueno me puede pasar ¿cierto?—susurra para si antes de comenzar a caminar de nuevo.

Piensa en volver a casa pero estar allí dentro le asfixia así que decide ir calle abajo aunque la lluvia caiga sobre él, aún no se ha despejado y siente que si llega al piso su compañero que probablemente ya ha llegado de su trabajo le volverá a bombardear con preguntas sobre su estado el día de hoy. Simplemente ahora no tiene ánimos para ir de nuevo al apartamento y tener que lidiar con su amigo de nuevo.
Camina bajo los tejado protegiéndose del agua en vano.

Decide entrar en cualquier lugar hasta que escampe, él sabe que cerca hay un pequeño bar en la que se puede quedar hasta entonces.
Corre por tres calles hasta dar con el sitio, un local minimalista muy bien presentado, luminoso por dentro aunque huele a tabaco.

Wei entra dejando un leve rastro de agua en el suelo, se despoja de su abrigo empapado y lo coloca en el perchero cercano. Se sienta en la barra esperando paciente, al cabo de unos segundos aparece una camarera.

—Buenas noches señor ¿Qué desea tomar?

—Tráigame algo fuerte—dice apartando la carta de bebidas—pero que sea cortito.

La chica asiente y se desliza de un lado a otro mezclando bebidas. Wei vuelve a pensar en que puede hacer para superar su problema porque verdaderamente está jodido, necesita tener el libro terminado en tres meses y la idea sobre la que escribe le parece horrible. Suspira pesado.

—Aquí tiene—la muchacha le acerca un vasito con una bebida cristalina.

—¿Qué se supone que es?—pregunta Wei aburrido deseoso de hablar con alguien.

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