Capítulo 11

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No podemos creerlo... hay muchas personas amordazadas y entre ellas está la señora con la que me choqué hace un rato. Las lágrimas caen a chorro por su rostro y se me encoge el pecho al verla. Ella ni nadie merece estar en esta situación.

De la oscuridad en el fondo de la fábrica sale el hombre con el que habló mi padre.

Pero que estúpidos son todos —dice con sarcasmo—caer de la forma más estúpida que ha habido en la vida —niega con la cabeza a la vez que sonríe con maldad.

¿Por qué?

¿Por qué los traje aquí? ¿Por qué los tengo amordazados? —toca su mentón pensativo—por ella —me apunta con el dedo—la queremos a ella y ustedes saben por qué, ¿ellos? Ellos serán su debilidad... —vuelve a sonreír—no van a dejar morir a todas estas personas por salvar la vida de esa hermosa niña —su mirada lasciva me aterró—muy hermosa, por cierto.

¡Maldito! —grita mi padre.

Con telequinesis mi madre intenta empujarlo lejos, pero el vuela por los aires, sorprendiendo a los amordazados presentes. Desciende lentamente y niega chasqueando la lengua.

No seas mala Aurita —sonríe con maldad—no querrás que tu querido hermanito sea el primero en morir —señala hacia nuestro lado derecho, seguimos su mirada y mi tío Jason se encuentra suspendido en una silla encadenada.

Sus ojos de pánico nos tienen en alarma a todos, mi tía y Felipe están que destilan rabia y terror.

Si toco este botoncito, él cae —suelta una fuerte carcajada que asustó a las personas—¡que empiece la fiesta!

Mi tía, Felipe y yo nos tomamos de la mano y pronunciamos un hechizo para quitarle el botón con telequinesis, pero no fue posible, es como si supieran que íbamos a hacer eso.

¡Rayos! —suelta mi tía con desesperación.

Mi madre sin pensarlo ya está corriendo tras el hombre, pero la detuvo numerosos espíritus negros que con rapidez se acercaron a nosotros. Atraviesan los cuerpos de las personas y varios han muerto, esto me ha enfurecido, no tienen porqué morir, no tienen culpa de nada.

Comienzo a atacar a los espíritus algunos son fuertes, pero estoy determinada a ganar esta batalla y la guerra también.

Felipe se tele-transporta para ayudar a mi madre que lucha con un espíritu que la tiene acorralada, rápidamente hago lo mismo y la ayudo. Uno de ellos intentó atravesarme, pero mi padre lo detuvo.

Son muchos —se acerca mi tía y nos colocamos de espaldas para cubrir terreno—¿Qué haremos?

Seguir luchando —dice mi padre—mientras se nos ocurra algo, debemos tratar de sacar a las personas de aquí y salvar a Jason.

Asentimos y nos dispersamos luchando con ellos. A mi espalda escucho un ruido en seco, me giro presenciando lo que no esperaba ver, mi padre inconsciente en el suelo.

¡Noo! —corro hacia él y mi madre al darse cuenta se tele-transporta quedando a mi lado—papá —las lágrimas empiezan a caer.

Wesley, despierta amor —mi madre lo toca, pero no reacciona.

Me levanto con la ira brotar por mis poros, han tocado la llaga y no me ha gustado nada.

¿Qué vas a hacer Lucia? —no le presto atención a mí madre y camino determinada a acabar con todos los espíritus que llegan y llegan sin cesar.

Caza Zabat (#2CF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora