El día era uno de esos, que si bien, no son del todo agradables, si son cálido.Dastan se encontraba dormido en su habitación cuando lo despierta el aroma al exquisito desayuno que le estaba preparando su madre Dayana, esos huevos revueltos con tocino eran su desayuno favorito,al igual que él de muchos chicos de New York.
El chico al ver la hora se apronto deprisa colocándose el uniforme del instituto y bajando las escaleras como un rayo, Dastan engulló la comida como si no hubiera comido por meses, se despidió velozmente de su madre y salió por la puerta mas rapido que el sonido, pero toda esa velocidad no le fueron suficientes para que aquel chico alcanzase el transporte que lo llevaría a su instituto, un día más, como ya era de costumbre, le tocaría ir al trote para intentar llegar a tiempo y que no le coloquen una observación más ya que Dastan parecía un iman de observación, y bueno, quizás lo sea, ya que aquel chico, era alguien especial, y a sus compañeros de aula le resultaba entretenido lo que él hacía, pues no era nada común en el distrito de Manhattan, y tal vez tampoco lo sea en el resto del mundo, ya que este adolescente de no más de 17 años era de ese 4% de la población que contaba con habilidades especiales. La de él en particular, le otorgaba la oportunidad de cambiar complexión física de su cuerpo a él material que él quisiese otorgándole las propiedades del mismo ,por lo general el solía transformar su cuerpo en oro para deslumbrar un poco a sus compañeros de clases, en aire y así aprovecharse de esa particularidad de ser invisible a los ojos humanos para entrar al baño de las chicas y disfrutar un rato, podía aprovechar su habilidad para lo que él quisiera o la situación lo ameditara.
Dastan terminó en la oficina del director aquel día por haber pasado el número límite de observaciones mensuales, el director lo mando a la casa con una carta para su madre,la cual decía explícitamente que si el chico obtenía una observación más, sería expulsado.
Dastan camino cabizbajo de camino a casa, con lágrimas en los ojos y la carta del director en su mano derecha, mano que apretaba la carta con odio y desprecio, las cuadras se le hacían cortas y por más lento que él caminara sabía que tendría que afrontar el reproche de su madre. Faltaba una cuadra y el joven lo sabía, fue la cuadra que más rápido se le hizo, es más, cuando menos se dio cuenta, ya estaba entrando a su casa la madre lo saludo con una sonrisa en la cara, pero esa sonrisa cambió cuando le vio el rostro al pobre chico.- ¿Qué pasa cariño? ¿Te encuentras bien?-preguntó Dayana sin saber por qué habían gotas en el rostro de su hijo
-Lamentó haberla decepcionado madre
-¿Decepcionarme? ¿Tu?, que dices hijo, no seas tonto, estoy muy orgullosa de ti, es más, deberías cambiar esas lágrimas mas de tristeza por unas de alegría.
Dastan no entendió que estaba ocurriendo en aquella habitación, pero lo que sí tenía dado por seguro, era la sorpresa que le daría a su madre al entregarle la carta
-Mira hijo, hoy de postre, tomaremos helado para celebrar ¿Te prece?.
El hijo de aquella mujer que se encontraba en esa habitación, sabía que algo no andaba bien, la sonrisa en el rostro de su madre, la alegria de ella, el helado, algo andaba mal
-Exactamente ¿qué estamos celebrando madre?-preguntó el chico
-Cierto, casi se me olvidaba contarte
-¿contarme?
-Fuiste aceptado para entrar en la academia para chicos con poderes que tanto querías.
Dastan se sorprendió mucho tras recibir aquella noticia, y no fue exactamente por el hecho de ser aceptado, sino porque él jamás se había inscrito en un concurso de ninguna academia.
-La carta está arriba de la mesa del comedor, ve y léela cariño.
El chico se dirigió al comedor para leer la carta de la que hablaba su madre, no sin antes arrojar la carta que aún sostenía en su mano, la carta que le había dado aquel odioso director.Al acercarse a la mesa pudo notar un sobre dorado con una estampa que no podía reconocer, al abrir el sobre lo primero con lo que se encontraría era con una postal, una foto de una isla inmensa que tenía escrita como con un marcador, pero a su vez un poco borroneado "para Dastan ", el joven dejó el sobre y la postal a un lado y se dispuso a leer la dichosa carta, la cual era una invitación a una isla, una isla en la cual se encuentra una academia especializada en chicos con habilidades especiales, la carta decía que dentro de dos meses, en diciembre, saldría un avión que los llevaría a él y a 99 chicos más a esa isla, donde podrían aprender a controlar mejor sus habilidades, también decía que esa experiencia duraría un año, pero que tenían posibilidades, (y sólo si eran muy buenos) de que durase más de un año. Dastan quedó sorprendido y perplejo, pero a la vez también quedó intrigado, el sabía que no debía ir a esa isla, pero algo en esa invitación lo Insitaba a ir, quizás sería el color dorado del sobre o tal vez la postal de esa isla enorme y hermosa, no tenía claro por qué pero los bellos de su piel morena se habían erizado como si hiciera frío , y las pupilas de sus ojos celeste se dilataban al ver la postal, cómo si fuera la chica más hermosa que había visto jamás, más tarde, sus dudas mermaro, no sabía qué pensar ni qué creer, lo único que tenía en mente era aquella isla, y que tenía que ir, tenía que asistir a aquel lugar tan maravilloso.
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La Isla I: Dastan
Science FictionLa Isla se encarga de reunir a 100 adolescentes con habilidades especiales que serán divididos en dos grupos de 50, dos academias que junto a sus guías y a su director, deberán darlo todo durante un año y así, al finalizar el mismo, librar una batal...