Pareces una sirena, cubierta por mis sábanas, sonrojada y agitada luego de hacer el amor, pareces una diosa, con tus manos subiendo por tu abdomen y luego a tus pechos, aún estás en éxtasis, yo sigo en trance, jadeas cuando te rozo con mis manos, me muerdo el labio y en eso soltas una risita que me cohibió los demonios más despreciables ¿y te cuento un secreto? Se enamoraron de vos también.