Ahí estas, otra vez, otra vez dolor, abriéndote paso. Siento como desmoronas las paredes de mi vida, como cae cada pieza de mi alma. Ahí está el punzante aguijón clavándose en mi pecho incesante.Eres tempestad en mi corazón, causante del desbordamiento de los ríos en mis mejillas, del alto oleaje en mi garganta, del viento feroz que me aísla en un rincón, de las llamas que desboronan toda mi ilusión, lo que suelo ser cuando no estas y que hace tiempo soy muy poco. Instantes es lo que queda de mí, como pequeños cortes comerciales de emoción.
Te abrazas a mi cuerpo y siento que nunca podré liberarme de tu agarre, de tus manos tan fuertes sujetando las mías, aunque no olvido que ya te he despedido antes, solo que siempre vuelves y cada vez es peor.
¿Qué hago si el monstruo vive en mi interior?
¿Si no está encerrado en mi armario?
¿Si no solo me visita por las noches?
¿Si no puedo protegerme con las sabanas para salvarme?
Porque ya me atrapó.
Quizás, una vez que el dolor está en tu mente es un eterno huésped en tu vida...
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EN LA NOCHE ©
PoetryNo esperes llegar a la luna, en unas manos que nisiquiera te señalan las estrellas ...