Pingüinos

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—Ya dime la verdad.

—¿Sobre qué?

—Que no aceptas viajes de otras personas esperando mi solicitud y que siempre estás cerca de aquí para ser el primero...

—Hace poco leí algo interesante...

—¿No me vas a responder?

—Sandías que...

—¿Acabas de decir una fruta?

—¡Los pingüinos tienen un orgasmo por año!

—…Y eso es importante por...

—¡Un año Hiro! No lo soportaría.

—…

—Con sólo verte tengo uno, ¿Cómo le harán los pingüinos?

—¿Qué...que acabas de decir?

—Pobres pingüinos...

—¿Tienes orgasmos con sólo verme?

—Cientos, incluso estoy teniendo...mngh...ya, olvidalo. Ya paso.

—¡Eres un...!—estaba a punto de abrir la puerta y arrojarse aunque el auto estuviera en movimiento.

—Es broma, es broma.—empezó a reír.—Pero si me atraes demasiado. Sal conmigo.

—Déjame ver si te entiendo... me acosas, luego me ignoras, me cuentas de orgasmos de animales, ¡me cuentas de tus orgasmos, animal! ¿Y te atreves a invitarme a salir?

—¿Eso es un si?

—¡No! Eres un enfermo.

—¿De amor?

—AGH... ¿Cuantos viajes haz tenido a parte de este?

—La política de privacidad de Uber me dice que no puedo contarte esas cosas...

—Ah, perfecto.

—Contigo son 10 en este día.

—¿Donde quedó lo de la política de priv... espera, ¿Qué? ¡10! ¿De donde sacas tiempo?

—Bueno, trabajo por las noches...

—Pero si son las 4 de la tarde.

—¿No lo sabes entonces?

—¿Saber que?

—Hiro...trabajo en el día nomas para verte a ti.

—…—Las mejillas rojas lo delataban. No pudo evitarlo. Abrió la puerta del auto y le arrojó dinero en su cara para después seguir su camino. Sin voltear atrás.

—¡Adiós Pingüinito!—Le gritó el mexicano, pero él siguió caminando.

U B E R, buscando viaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora