14. Preludio al desastre

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Yuuri regreso a su área de trabajo. Paso rápidamente por los pasillos para que los demás no notaran sus ojos hinchados y su cara roja. Entró en su cubículo y no volvió a salir en todo el resto del día. Su mente se perdió en las acabar las grandes cantidades de trabajo que tenía. Porque para su dolor el trabajo siempre había sido su mejor medicina y la mejor manera de descentralizar su mente de otro tipo de pensamientos.

Cuando no hubo más trabajo por acabar su cabeza no pudo evitar volver a pensar en su pasado. Aquel pasado doloroso que creía haber guardado en algún rincón bajo llave y que jamás pensó que se lo toparía de frente  de esa manera.

Sin embargo no había porque prestarle tanta atención, después de todo seguramente Masumi había hecho su vida, pero entonces recordó que su amigo Pichit le había comentado que era un alfa soltero y el estómago se le revolvió de nuevo. Aunque la verdad no tenia de que preocuparse después de todo el alfa se lo había dejado en claro años atrás. El hecho de que no quería nada con él y que su existencia le daba repugnancia. Entonces suspiro y se recargo con calma en su silla.

Ahora el seria uno de sus jefes, sin embargo fuera de eso no tenía por qué tener ningún tipo de trato con él. Después de todo el ya tenía a alguien especial y no podía negar que empezaba a sentir algo por aquel joven alfa. Aunque igual mantenía sus reservas por el hecho de que el mismo sabía que  su relación no sería para siempre.

Sus preocupaciones resultaron ser solamente algo que no valía la pena. Ahora la vida había cambiado para ambos, él estaba seguro en Tokyo y aquellos compañeros que alguna vez lo insultaron y despreciaron no estaban más ahí. Por un segundo se sintió estúpido por haber sido afectado de nuevo por todo aquello.

O eso creyó hasta que en la mañana siguiente encontró una rosa sobre su escritorio. Como siempre su ansiedad comenzó a asaltarlo. ¿Sería acaso obra de Víctor? Sin embargo la flor no olía para nada a él. Más bien olía a ese olor que creyó haber olvidado desde tiempo atrás. Su cara se transformó a una de total pánico.

-Yuuri buenos días.- Entro Pichit a su cubículo de manera efusiva.- Pero que tenemos aquí.- Dijo al mirar la rosa que Yuuri aún tenía entre sus manos.-

-Nada.- Dijo un poco sonrojado escondiendo la rosa atrás de su espalda.-

-Vamos Yuuri dime de parte de quien es.- Dijo acercándose un poco.-

-No lo sé.- Mintió sin dar la cara.-

-Vamos si es de Víctor no me enojare de verdad.- Afirmo amable.

-¡Pichit!.- Alzo la voz.- Solo vete por favor.- Dijo al borde de las lágrimas, sus manos temblaban. El moreno entristeció y agacho la mirada.-

-Está bien Yuuri, me iré, siento haberme metido en tus asuntos.- Dijo para después salir del cubículo.-

-Pichit.- Dijo bajito. La culpa comenzó a llegarle, después de todo su amigo seguramente no tenía malas intenciones, pero de verdad que no quería que supiera que la flor se la había mandado Masumi, ese era parte de un pasado vergonzoso del cual ni siquiera Pichit tenía conocimiento.-

El bote de basura se abrió y la rosa cayo directo en él. Con ella las ganas de hacer cualquier cosa ese día.



Paso la mitad del turno y Yuuri ya había superado por fortuna lo de la mañana. Él ya había dejado en claro que su pasado con ese alfa no alteraría su presente. Aunque realmente estaba furioso de que Masumi quisiera seguir burlándose de el ahora mandado regalitos estúpidos. A la primera que lo viera se lo dejaría en claro o aún mejor simplemente haría como si no hubiese recibido nada y lo ignoraría y con eso le haría ver que no le había afectado en absoluto sus niñerías de secundaria. Todo ese plan le había causado tanta gracia que no se dio cuenta que había comenzado a reír en alto.

El Amor Es De Color Azul (Victuuri) (Omegaverse)Where stories live. Discover now