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Tenía nervios, muchos nervios. Quería de alguna manera arrepentirse y volver a la mansión, pero su conciencia lo detenía de cualquier tontería.

¿Y si lo rechazaba?
¿Y si lo trataba mal?
¿Y si de alguna manera arruina la su relación con él?

—No puedo irme, no ahora. —Habló solo. Estaba listo para cualquier berrinche que su amigo de cabellera rubia se atreviera a hacer.

Él entró, observando claramente a su compañero, su amigo, su pequeño girasol. Lo observó, y claramente no estaba bien; tenía hambre, sueño y una horrible depresión a la vista.

»¿Acaso puedo hacer algo mas por ti, mi pequeño Lucas?«

Un dolor al pecho apareció en ese momento. Simplemente no podía soportar el hecho de ver al amor de su vida en un estado terrible.

Estaba harto, y esta vez se lo haría saber.

—Lucas. —habló con firmesa. Ya no le tenía miedo a nada.

El niño volteó con un aura pesada, y una mueca se le formó en su rostro. Incluso cuando se la pasaba de la peor manera reflexionando sobre su primer amor, tenía que llegar él.

—N-ness, no lo entiendo, ¿q-qué haces aquí? — Algo que el azabache notó con claridad era su suave voz con debilidad.
—Lucas se acabó, mira como estas. —La seriedad con la que lo dijo alarmó al chico.

—Ness no, por favor. Si veniste para convencerme de volver entonces-

—Lucas no vine para eso... Solo te traigo comida, yo sé que no has comido bien en días. —el chico le entregó una canasta con comida, justo como mencionó. — Enserio, ¿qué has comido estos días?

— Fruta de aquél árbol. — El pequeño de tez blanca señaló el enorme árbol. — Pero sabes, no he tenido mucha hambre que digamos, es como si hubiera desaparecido...

—Por favor Lucas come. —dijo el pequeño con ojos cristalizados. —A mi no me vale madres que no estés comiendo ¡me preocupas!

El niño sonrió. Era como si de alguna manera su pequeño principe volviera a rescatarlo de la realidad.

Y ellos pasaron el día comiendo y disfrutando. Solo nesesitaban la presencia de uno y del otro. Parecía que la sonrisa del pequeño girasol  volviera a aparecer.

Muy bella, muy bonita sonrisa eran uno de los grandes pensamientos que tenía Ness al estar junto a su lado.

Incluso veían las estrellas con deseo, como si de alguna manera al tenerlos pudieran viajar a grandes galaxias y conseguir estrellas.

—Estas son unas razones por la que estoy aquí; La vista es preciosa.

—Si que lo es. — habló con seguridad para que una sonrisa radiante se presentara en su rostro.

¿Qué hicieron? Durmieron abrazados toda la noche, como si de alguna forma dependieran de uno al otro. Sujetarse fuertemente y poder sentir la respiración del contrario hacía saltar sus corazones.

Y quizás, se nesesitaban mas de lo que pensaban.

Oh damn:(
Mañana vuelvo a clases :$
no me quiero ir señor stark, no me quiero ir.jpg

❨🌻❩ ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯  𝙎𝙪𝙣𝙛𝙡𝙤𝙬𝙚𝙧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora