Capítulo 3. "Recuerdos."

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Doce de la noche, se deslizó por el asiento del piloto y suspiró mientras veía por el parabrisas, ¿Qué era exactamente lo que acababa de leer?, no podía describir las demasiadas sensaciones que Alessa Hoffman le había hecho sentir con cada palabra plasmada en el libro, vaya que tenía buena mano pero, sobre todo una muy buena memoria, juraba que ella recordaba con punto y coma toda su relación, y claro, así era pues al haber redactado una novela de trescientas sesenta y tres hojas decía mucho, literalmente Harry tenía en sus manos su propia historia. Volteó el libro y se fijó en la fecha de publicación, no tenía mucho, apenas un año y medio, en la parte superior izquierda estaba una fotografía de ella, era reciente pues él no recordaba a Alessa con el pelo tan largo, seguía con los mismos rasgos, unos ojos enormes de un azul tan profundo como el océano, los labios rojizos y carnosos pidiendo ser besados, la pequeña nariz afilada y esas pestañas… oh, como recordaba ese par de pestañas cerradas, debajo de él…

Tomó el libro y regresó a su parte favorita:

“Y así, por primera vez la hizo suya en el huerto de manzanos bajo la luz de la luna llena.”

Sonrió para él mismo, recordaba con gran precisión aquella noche, la primera vez que la hizo suya, de hecho, había sido la primera vez que Alessa probaba tal exquisita sensación.

Se adelantó un par de  capítulos más…

“Le parecía una idea magnífica pasar su tercer aniversario en aquella cabaña justo al lado del lago, eran solo ella y el hombre al que amaba.”

Dos capítulos más:

“Le parecía realmente patético estar en aquella cabaña, era él, la que había sido su amante durante un año y ella misma, era simplemente repugnante estar compartiendo el mismo aire con aquella rubia y por otro lado, solo pensaba en ahogar al que había sido al amor de su vida en aquel lago, no le importaba en lo más mínimo el huracán que había a las afueras, de hecho el clima podría ser hasta su amigo…”

El frunció el entrecejo, René no había sido su amante durante un año, ¡Es más!, el jamás había compartido la cama con René, era verdad que anteriormente a Alessa, él había tenido una relación con René, pero eso era pasado, eso estaba enterrado tres metros bajo tierra cuando el comenzó a salir con Hoffman, él siempre la respetó y era a la única a la que él quería, hubo cierto tiempo en el que había soñado casarse con Alessa y tener un par de hijos con ella ¡Y se lo había dicho en demasiadas ocasiones! Pero ella jamás le creía. Cuando René apareció en la cabaña, justo la noche del tercer aniversario se dio de golpes contra lo que sea que se encontraba, no comprendía que quería ella ahí, además de arruinarles su noche, él la había corrido en cuanto la vió parada en la puerta pero ella se había abalanzado entre sus brazos besándolo ferozmente, al ver aquella escena, Alessa rompió en llanto y se encerró en la recamara del segundo piso durante tres días, al salir no quiso escuchar las explicaciones de él, ¡¿Y cómo las iba a escuchar si René seguía en aquella cabaña?!, seguro había pensado que se la había follado en toda la cabaña y no la culpaba pues él jamás había subido a tocarle la puerta pero a pesar de eso no se había follado a su ex novia y Alessa Hoffman era la que no había salido ni un segundo de su mente.

Al ver que Alessa se negaba a escucharlo no quiso insistir y dejó que se fuera, no la siguió ni la volvió a buscar nunca jamás, ahora lo lamentaba, había sido un infantil, un idiota, claro que un hijo de puta y al volver a leer aquella parte, se dio cuenta de que Alessa Hoffman había salido muy dañada.

"Buscándote, encontrándote, viviéndote." H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora