25.

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Nuestra historia fue rara... Todo el control lo tenías tú.

Estábamos caminando por el parque tú, como siempre, cogiendo mi mano y yo, como siempre, con mi corazón desesperado.

—¿Quieres ser mi enamorado? —soltaste.

Miré tus ojos nervioso, agarré tus manos y los dirigí hacia mi cuello, dónde se sentía más los latidos de mi corazón. Te sonrojaste y me diste un beso en la mejilla.

Jana   |Historia corta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora