♠ | BLACK JACK | Diagnóstico 13 - Una Silueta Difusa

𝑩𝑳𝑨𝑪𝑲 𝑱𝑨𝑪𝑲 Diagnóstico 13: 𝓤𝓷𝓪 𝓢𝓲𝓵𝓾𝓮𝓽𝓪 𝓓𝓲𝓯𝓾𝓼𝓪 ( primera parte )

🇳🇴🇹🇦🇸 🇵🇷🇪-🇫🇮🇨: Mi primer fic de Black Jack, si ya han visto los OVAs les será aún más fácil entender la narrativa.

🇦🇩🇻🇪🇷🇹🇪🇳🇨🇮🇦🇸: OC's (personajes originales). Tal vez sea un poco más dramática que la obra original. Contiene escenas explícitas de gore médico.

🇦🇨🇱🇦🇷🇦🇨🇮🇴🇳🇪🇸: El siguiente texto está basado en los OVAs de Black Jack y en menor medida, en el manga. Todos los personajes de Black Jack, actúan de acuerdo al canon.

𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐉𝐚𝐜𝐤 es autoría de 𝑶𝒔𝒂𝒎𝒖 𝑻𝒆𝒛𝒖𝒌𝒂.

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En lo alto de un acantilado frente al océano, se encuentra una destartalada cabaña de madera; este es el hogar de Black Jack, un cirujano prodigioso, pero tristemente célebre por cobrar exorbitantes honorarios.

Desde el ventanal, sentado en su mecedora, observa el embravecido mar que ruge al unísono de la tormenta; fuertes vientos y enormes gotas de lluvia azotan la humilde morada sin que su propietario se inmute.

Aún con el ruido ensordecedor del aguacero al exterior y la lluvia golpeando repetidamente los cristales que resuena por toda la casa, suena el teléfono y se escucha... fuerte y claro.

Él, se mece tranquilamente, apoyando la mandíbula sobre su mano, con las piernas cruzadas, lo que le confiere una elegante silueta masculina; sin desviar la mirada del ventanal, con una expresión indolente.

Luego de este conciso y escueto mensaje de parte del médico, un relámpago seguido de un estruendoso trueno, hace eco y la persona al otro lado del teléfono habla con una voz desesperada, angustiosa y entrecortada.

—«Doctor, por favor ayúdeme... Mi hija... ella se encuentra muy mal, necesita ayuda ¡AHORA! ¡por favor!, ¡por favor! ¡Pagaré lo que sea! Pero venga pronto... que no sé cuánto tiempo más podrá resistir».

La aparente antipatía del galeno desaparece una vez oír tan sólo las primeras dos o tres frases del afligido padre... La indiferencia no es tal, sino una máscara que esconde la dulzura, empatía y preocupación que siente por el bienestar de otros seres.

Aun así, no iba a ceder tan fácil -incluso con la naturaleza urgente del mensaje- y como siempre, con esa estoicidad, profesionalismo y aparente avaricia que tanto le caracterizan, contesta:

—50 millones. —dice con aplomo, sin titubear... con una descarada y seductora voz.

—¡Le pagaré 500 mil millones si logra salvar a mí hija! —grita inmediatamente su interlocutor, en un impulsivo y desgarrador gesto de desprendimiento material que a todas luces provenía de su alma.

Al corroborar la irrazonable disposición de aquél hombre, nota pues, que va en serio. Que se trata de un genuino caso en donde la vida de un ser amado lo es todo y se es capaz de todo por salvar su vida. Y eso, le conmueve profundamente.

La llamada continua y el hombre cuyo nombre es Johnson Walter le da santo y seña del caso, uno por demás terrible y abrumador... la piel de Black Jack se estremece ante las palabras «radiación nuclear».

Posteriormente, una vez que se tranquiliza en solitario tras las puertas de su estudio -fuera de la impertinencia de Pinoko-, prepara su instrumental y reserva el boleto de avión, esta vez, su pequeña ayudante no lo acompañaría a pesar de sus súplicas y chantajes.