Lane es una chica promedio, silenciosa la mayor parte del tiempo, nadie podría percibir su presencia, aunque paseara con un explosivo adherido a la frente, mucho menos Dave, el chico que la hace suspirar entre clases.
Aunque Lane Lake es tímida, sie...
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Capítulo 25: Jane.
Miró a Jax con una ceja alzada y una sonrisa dibujada en mis labios cuando Zack deposita los platos frente a nosotros.
— ¿Por qué tanto interés en saber si siento algo o no por Dave?
—Tú sabes por qué. —su confianza se debilita. —Tú sabes qué siento. —murmura y evitó no soltar una risita tonta.
Decido no torturarlo más de lo necesario. —Creo saberlo.
Jax rueda sus ojos y comienza a comer con fingida tranquilidad.
—A mí también me gustas. —murmuro y me meto el tenedor a la boca. Sé que me ha escuchado.
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Me despido de Jax y no hace amago de retirarse hasta verme dentro de casa, sana y salva, ahora que le he pedido que se quede en el auto.
Una vez abro la puerta de la casa me encuentro está vez con Yahir cómodamente sentado en nuestro sofá. Me saluda alegré y le correspondo, pasando de él hacía la cocina.
Elle y Violeta recogen platos y vasos del comedor, me uno a ellas y seco algunos de los cubiertos sobrantes del escurridor.
— ¿En dónde te metiste? —pregunta Elle interesada. —No te vi luego de clases.
Ella y Vi comparten miradas y las descubro.
—Mentirosa. —acuso y sonríe, saliendo de su actuación. — ¿Tampoco viste el flamante auto rojo?
Se hace la pensativa por un segundo.
—Ah sí, junto con un sexy conductor. —empujo su brazo y suelta una carcajada. —Es broma.
— ¿A dónde fueron? —pregunta interesada por saber qué hemos hecho fuera de sus radares.
—Me llevó a comer. —digo con simpleza, Violeta me mira ensoñadoramente y río. — ¿Qué?
—Nada, nada. —se gira y limpia sus manos en la toalla.
Interrumpo sus lagunas mentales y señaló al chico cómodamente acoplado al ambiente.
—Por cierto, ¿Qué hace Yahir en nuestra sala? —inquiero y Elle sale de la cocina con un tazón de palomitas recién hechas.
—Vino a ver películas. —responde Vi, con total tranquilidad.
— ¿No puede verlas en su casa? —ríe.
—Acompáñanos, estábamos a punto de poner una. —invita y termino acompañándolos.
Le sigo y me tiro junto a Elle en el piso, dejando el sillón para ella y su chico.
Luego de un rato, recibo un mensaje en el móvil, me disculpo y salgo al porche de la casa, el cielo ya se está oscureciendo y el principio de la noche me eriza el vello del cuerpo.
