Lane Lake ✔

Capítulo N°26

Capítulo 26: Tú también me gustas.

Adelle está emocionada, incluso más que Violeta y yo juntas. Toca a la puerta del baño por tercera vez y Vi bufa, se echa una última mirada en el espejo y me mira con los ojos empañados.

— ¿De verdad me veo bien en esto? —señala su cuerpo y su traje de dos piezas, yo asiento y alzo ambos pulgares tratando de infundirle seguridad.

—Te vez preciosa Vi, vas a dejar a Yahir con la boca abierta. —aliento.

— ¿Estás segura? —su voz tiembla y yo la abrazo.

—Lo importante es que estés cómoda, si no lo estás siempre puedes ponerte el short o dejarte puesta la blusa. —Vi parece pensarlo y asiente, introduciendo sus piernas dentro de la mezclilla.

—No me gusta la ropa reveladora. —Confiesa.

A mí tampoco.

Cuando sale, ajusto mi traje de baño azul marino, no es la gran cosa, es de una sola pieza, lo que no le gustó para nada a Elle, pero yo no dejé que escogiera mi ropa. Sé mis gustos y también sé que soy recatada.

Salgo del baño con unos leggins puestos y un suéter corto, Elle me espera impaciente y es ella quien conduce está vez hasta la casa de los Adams.

Cada vez el camino se va haciendo más corto, al igual que mis inseguridades. Veré a Jax y no me basta únicamente con los nervios, ahora mi estómago está revuelto y siento el sudor frío recorrer mis palmas. Lo único que necesito es qué vomite para complementar con una cereza este pastel de contradicciones. No sé si estar feliz, angustiada o triste por ser la fiesta de despedida más ridículamente organizada.

A partir de qué cruzamos el estacionamiento improvisado fuera de la residencia todo avanza con rapidez, atravesamos el vestíbulo repleto de estudiantes universitarios y también de compañeros de mi generación. Está vez no hay asientos dentro de la casa, los han hecho todos para un lado y lo único disponible es la barra de las bebidas, estoy tan mareada qué paso de beber está vez. Elle nos conduce a dónde parece qué está la verdadera diversión y una vez que el aire vuelve a fluir nos encontramos de frente con una piscina enorme, repleta de estudiantes.

Camino por la orilla y acompaño a Violeta a buscar una silla.

Miro a mi alrededor y parece que cada quien está metido en sus asuntos, no he visto a Jax aún y por si fuera poco la sonrisa de Elizabeth me pone nerviosa.

Siento la tela asfixiante, fue una mala idea combinar ropa deportiva con una fiesta de piscina, ya me han saltado más litros de agua que si estuviera dentro de la alberca por lo que los leggins se me han adherido como una segunda piel a la pierna, con dificultad me deshago de él y de la sudadera antes de que ocurra lo mismo con ella e intentó no avergonzarme una vez que reluzco mi traje completo.

No es como que me sienta fuera de lugar, pero varias chicas están enseñando mucho más que yo y eso me hace desentonar.

Tomo una respiración profunda e intento controlar mi pulso, Elle ha desaparecido desde que vio a una chica con una cerveza en mano y Yahir ya está atacando valientemente a mi amiga y a sus complexiones.

Miro a mi alrededor y entonces me encuentro con la mirada de Jax fija en mí, me regala una sonrisa y le observo caminar en mi dirección. Nolan le ve confundido, pero cuando me localiza se encoje de hombros y continúa conversando con los demás chicos.

Por extraño que pueda parecer, los nervios se han disipado.

Ver qué Jax me sonríe y me evalúa con una mirada satisfecha me hace revalorar la situación.

— ¿Hace cuánto has llegado? No te había visto. —comenta, besando mi mejilla.

—Acabamos de llegar, no tenemos mucho tiempo.

— ¿Quieres ir por algo de beber? —niego.

—Estoy bien. —contesto, a pesar de que se me ha secado la boca.

— ¿Sabes nadar? —inquiere, lanzando una mirada al agua, dónde varios chicos salen de ella para ir a ayudar a abrir el que parece ser un segundo barril de cerveza.

—No muy bien. —hago una mueca en su dirección y ríe.

— ¿Quieres intentarlo? —miro hacia el agua de nuevo, regreso la vista a Jax y sonrió.

En la vida hay que correr riesgos.

—Solo no dejes que me ahogue. —bromeo y alza su mano.

—No me lo permitiría.

Caminamos juntos hasta la orilla y me siento a los pies de está. Observó a Jax deshacerse de la playera y un suspiro involuntario abandona mis labios.

No es como que no lo haya visto sin camisa antes, pero tenerlo así de nuevo revoluciona mis hormonas.

Varias chicas le lanzan miradas lascivas, pero está vez deben entender que él está aquí conmigo. Jax se mete al agua y me tiende una mano para que le acompañe, se la ofrezco y me impulso dentro.

Cuando abro los ojos, retiro mi cabello de la cara y me encuentro con sus labios a milímetros de los míos, alzó la vista y me hundo en el iris de un profundo azul cielo.

Abro la boca y no salen palabras, no encuentro nada que decir. Jax tampoco dice nada, el actúa.

Se inclina hacia delante y siento sus manos tomar firmemente mí cintura debajo del agua, sin preámbulos presiona sus labios sobre los míos y cierro los ojos, dejándome llevar por su cercanía. Le besó con la misma intensidad y pasión, ambos habíamos ansiado este beso por mucho tiempo, sin el valor para dar el verdadero paso.

Abro mi boca y dejó que explore dentro de ella, a la vez que la falta de oxígeno comienza a desesperarme. ¿No puede ser este un beso eterno?

Cuando se separa, igual de desesperado que yo, me mira con una sonrisa en los labios, está vez soy yo quien deja un suave piquito en los suyos y separo mis manos de su pecho. ¡Su pecho! Oh Dios...

Miró a nuestro alrededor, varios parecen ajenos a la situación y nos miran con mofa otros simplemente siguen en lo suyo. Cubro mi cara contra su cuello y siento mi rostro arder.

Jax me separa de su cuerpo y alza mi barbilla con dos dedos y suspira. —Tú también me gustas.

Río negando, ha imitado mi reciente confesión. Y le ha salido mucho mejor de lo que esperaba.