x. diferent.

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CAPÍTULO DIEZ.
Diferente”

—Phasmatos tribum nas ex veras —Sadie pronunció con los ojos cerrados,  sosteniendo en sus manos un grueso anillo de plata, perteneciente a su padre

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Phasmatos tribum nas ex veras —Sadie pronunció con los ojos cerrados,  sosteniendo en sus manos un grueso anillo de plata, perteneciente a su padre.

Varias imágenes desordenadas aparecieron en su mente, como resultado de su primer intento con el antiguo hechizo de localización que le enseñó su abuela. No era muy útil saber dónde estaba su padre, pero al menos podía practicar.

—Bien... —murmuró para ella misma.

Ya llevaba dos horas aburridas de práctica; ¿y de qué servía? ya controlaba muchos hechizos, la telequinesis... No había mucho más.

Aburrida, Sadie comenzó a dar algunas vueltas, distrayendo su camino de vuelta.

Hubiese sido lindo tener sus audífonos para poder escuchar música, sin embargo, siempre olvidaba las cosas más importante.

Pocos minutos después, la pelirroja sintió un rápido y doloroso rose cercano a su cabeza, y asustada, giró hacia atrás, encontrando una flecha clavada a un árbol que estaba justo atrás de ella.

¿Qué demonios?

Con los ojos abiertos de par en par, volvió a mirar hacia adelante, encontrándose a Millie, que tenía un arco en las manos, y una radiante sonrisa en sus labios.

—¡Cada día tengo mejor puntería! —exclamó, acercándose a la bruja, como si fueran amigas de toda la vida.

—¡Pudo haber caído en mí! —Sadie fruncio el ceño, levantando las manos en forma dramática.

Pero Millie rió; parecía muy confiada ese día.

—No la hubiese tirado si mi puntería no fuera perfecta.

—Lucifer —murmuró Sadie para si misma.

—¿Lucifer? —cuestionó la castaña—; ¿Así es cómo maldicen las brujas?

Sadie rodó los ojos, y sin la menor intención de seguir aquella conversación, caminó derecho hasta pasar a Millie.

—Que mal educada eres, estábamos hablando. —dijo con la voz fuerte.

Sin embargo, Sadie siguió caminando.

—¡No estoy interesada en hablarte!

Pero entonces, en el tramo de un metro aproximadamente, ambas sintieron otra brisa rápida pasar por sus espaldas.

Confundidas, las dos se giraron; y justo en el momento en que se sintió otra, pero esta vez pudieron notar que era alguien corriendo a una velocidad súper humana.

—¿Tú viste eso también? —Millie preguntó, asegurándose de que las imágenes no fueran solo un producto de su imaginación.

Sadie asintió.

Wicked fate [st cast]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora