❇Cap.4: "La cita"❇

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El jueves:

Alec estaba tan nervioso, no sabía que ropa era la adecuada, quería impresionar a Magnus, quería que esta cita fuera perfecta; decidió pedirle ayuda a su hermana y al final vistió con unos jeans negros, camisa en tono azul cobalto y zapatos negros sencillos.

A sólo una hora para recoger a Magnus en su café, Alec bajó por las escaleras a la sala donde se encontraba su hermana sentada en el sofá.

—¡Suerte, te quiero!— gritó su Isabelle.

—¡Adiós!¡También te quiero hermana!

Alec salió por la puerta y caminó por las calles ansioso, vio un puesto de flores frente a él y decidió llevarle un ramo de rosas a Magnus. Siguió su camino al café hasta que por fin llego 3 minutos antes de lo acordado y abrió la puerta del café, entró lentamente con una sonrisa que desapareció en el momento que vio algo que lo sorprendió...

Era Magnus, parado frente a un espejo con la espalda dando a Alec. Estaba tratando de arreglar su cabello en puntas y aplicando sombra con brillos en sus párpados. Se veía tan hermoso, perfectamente hermoso.

Alec no podía creer que iría a una cita con este ser maravilloso, apareció una sonrisa en su cara cuando Magnus lo vio a través del espejo y le sonrió mostrando nuevamente esa sonrisa tan perfecta.

—¡Alexander!, ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—No lo suficiente, te vez...hermoso.

—G-gracias, tu también...te ves muy guapo.

Magnus caminó hacia Alec sin desviar la mirada de sus ojos azules, ahí fue cuando Alec sintió que perdía el equilibrio, sus piernas temblaban y sus rodillas eran débiles, sentía que perdía el aliento con cada paso que Magnus daba hacia él. Levantó el ramo de rosas y se lo entregó a Magnus.

—Son para ti.

—¡Muchas gracias Alexander! Son hermosas.

—No más que tú.

Alec vio que Magnus se sonrojó y se alegro por ello.

*

*

*

*

Eran las 8:30 pm y ya estaban en el restaurante, Alec eligió uno lujoso pero apropiado para los dos. Habían terminado su comida y ahora estaban con el postre...fresas cubiertas de crema batida.

La cena estuvo llena de risas, sin los "silencios incómodos", Alec le contó todo sobre él, su trabajo escribiendo libros, sus amigos, e incluso un poco sobre sus sueños. Alec le contó que quiere llegar a escribir un libro que hable sobre su vida pero aún no sabía que sucesos de su vida quería escribir, así que lo dejó en modo pendiente por ahora.

Magnus casi no le contó nada de su vida, excepto de su café...

—En realidad no hay mucho de que hablar sobre mi vida.

—Bueno...que tal si me cuentas como te convertiste en "Barista".

—Bueno yo...vivía en Chicago con mi madre,ella era Barista, me enseño todo lo que sé, ella siempre quiso mudarse a Nueva York y abrir un café aquí.

—Y...¿dónde está ahora?

—Murió hace 15 años, yo tenía nueve cuando pasó.

—Lo siento, no debí preguntar.

—Esta bien Alexander, no lo sabías. En realidad casi nunca hablo del tema, pero contigo...siento que puedo confiarte cualquier cosa.

Alec se sintió tan feliz y no dudo en preguntar...

"Un 17 de Julio" (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora