cincuenta y uno.

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-Ci-Ciento d-doce. -Camila susurró. -Ci-Ciento tr-trece.

Apretó aún más sus piernas hacia su pecho escondiéndose en ellas. ¿Por qué Lauren demoraba tanto? Se preguntó varias veces a sí misma. Es que no lo entendía.

Las palmas de sus manos estaban con pequeñas heridas por lo fuerte que enterraba sus uñas. También sus delgados brazos tenían algunas marcas de rasguños.

Pero de pronto la compuerta se abrió dando paso a una cabellera castaña. No era Lauren. Era Chris. Camila suspiró cuando se percató de quién era.

-¡La puta madre! -Exclamó cuando vio a Camila hecha bolita en el rincón del lugar. -¿Qué haces acá Camila? Ven, baja con nosotros.

-N-No puedo. -Murmuró volviendo a esconder su rostro entre sus piernas.

-¿Por qué no? -Él subió y cerró la compuerta.

-M-Mi madre n-no sabe q-que estoy acá. -Camila contestó y Chris la miró espantada. -La señora Yema ta-tampoco debe saber.

-Clara. -Corrigió. -¿Y Lauren?

-Ella me trajo aquí. -Contestó. -P-Pero se equivocó.

-¿Por qué lo dices?

-Odio los lugares ce-cerrados. -Confesó avergonzada de ese temor.

Chris por fin se percató de las heridas de Camila. Frunció el ceño bastante nervioso sin tener la más mínima idea de qué hacer, miró a su alrededor mientras seguía pensando en qué hacer hasta que tuvo la idea perfecta; Su armario.

Chris era el hijo favorito. Aunque Clara intentara negarlo, siempre quedaba en evidencia. Ya sea por lo cariñosa que es con él, o por darle la mejor habitación de la casa.

-Ven Mila, sé dónde puedes quedarte.

-¿D-Dónde?

-En mi habitación. Mi madre nunca entra a ella, dice que le da asco. -Se encogió de hombros sin saber porque. -Pero si llega a intentar entrar, tú puedes esconderte en mi armario. Es amplio.

-Uhm... -Lo pensó un momento. -¿T-Tus camisas huelen a vainilla c-como las de Laurencita?

Chris sonrió con ternura mientras negaba, Camila frunció el ceño al instante sin agradarle la idea. Prefería el armario de Lauren.

-Uhm, nop. Pero puedo conseguir una camiseta de Lauren para ti.

-¡A-Acepto!

-

Clara estaba sentada en su sofá luego de tener una horrible reunión en su trabajo, estaba totalmente cansada de todo.

Por otro lado, Lauren miraba a todos lados bastante nerviosa. No encontraba el momento para subir y buscar a su novia.

De pronto la tranquilidad (Para Clara) fue interrumpida por los golpes violentos a la puerta de entrada. La mayor se levantó confundida, se aproximó rápidamente a la puerta para poder saber de que se trataba todo esto.

-¡¿Dónde tienen a mi hija?!

Clara se sobresaltó al escuchar los gritos de Sinuh.

-No tengo idea de qué está hablando.

Lauren se aproximó con temor y culpa a la puerta. Detrás de la madre de Camila estaba Jake y Dinah.

-¡Tú! -Señaló a la ojiverde. -¿Dónde tienes a mi hija? ¡La secuestraste!

-No he hecho nada. -Lauren retrocedió amenazada.

-¡Mentira!

Varios vecinos comenzaron a salir para ver que ocurría, cosa que odiaba la señora Clara.

-Si quieres puedes entrar y lo hablaremos con tranquilidad, ¿Está bien? Podemos solucionar esto.

Sinuh miró a las dos mujeres antes de hacerse paso en la casa. Dinah junto a Jake entraron un poco más atrás bastante apenados por todo lo que ocurría.

-¿Me dejarán ver a mi hija?

-Le juro que no tengo idea de dónde está Camila. -Clara suspiró. -¿Le has notificado a los policías?

-Han dicho que están copados de desapariciones. -Respondió frustrada, pasó las manos por su rostro y pronto comenzó a llorar. -Solo... quiero saber si está bien.

Sinuh amaba a Camila. De una forma bastante extraña, pero lo hacía. Necesitaba ver a su pequeña de ojos marrones, sonriendo, intentando mentir o tan solo repitiendo las características de las jirafas.

Lauren comenzó a frotarse las manos, señal obvia de lo culpable que se sentía. Clara fulminó a su hija mayor con la mirada captando lo que ocurría.

-Debes estar tranquila Sinuh, ¿Quieres algo de beber? ¿Agua?

Ella asintió en respuesta mientras miraba el piso con tristeza. Dinah se acercó a ella, le acarició las manos y las besó intentando relajarla.

-Lauren, ven.

Lauren tembló por dentro apenas escuchó la voz de su madre. Tragó saliva y la siguió en silencio. Estaba en graves problemas.

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Los míos son: Cold y Virus Letal.

Autismo ; camren [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora