11. Italia.

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No tendría corazón para ver los ojos de la señora Weasley. Con el corazón vuelto añicos, por perder un gran amigo, hechizo el cuerpo y lo mando al mundo mágico con dos aurores especializados.

Llamo a Hermione, pero ella no dio señales de vida.

Rumbo a su destino en Italia, con nervios a flor de piel por un nuevo rumbo que tomaría su vida.

Llego a la bellísima ciudad, organizo sus cosas En el hotel y decidió tomar algo en el bar de este para memorar por un día la memoria de su pequeño rojin.

Pidió whiskey doble, y con uno llegaron dos, tres...

En el medio de su tomadera, mujeres bellas llegaban a su lado para invitarle algo, pero él negaba.

Le invitaban a bailar, pero negaba el doblé.

Su mente daba vueltas, pero seguía tomando con frenesí.

Si alguien le viera tan vulnerable...

-Hola. -le saludó un extraño.

-Ya le dije que no bailo ni tomo ajeno.-bramo Harry enojado. ¿no le derajan en Paz?

-Lo sé. -concordo él individuo.

-¿Entonces que quiere? - Harry poso su mirada en unos bellos ojos grises.

Su garganta seco.

¿Acaso ya empezaba a alucinar?

-Mi nombre es Bryan. -saludo amablemente. -Vengo sólo, quiero pasar un rato agradable y le vi solo también, podemos estar solos... Ambos.

Harry le violó con la mirada.

Pelo rubio platinado peinado meticulosamente para atrás, facciones elegantes y rígidas, labios rojos y cara pálida.

Un bello y elegante traje negro adornaba todo su cuerpo, mostrando algunas partes tonificadas.

-¿Le gusta lo que ve?

Pero que osadía, pensó Harry.

-Me repite su nombre. -murmuró Harry con la garganta seca.

Detrás De Ti, Malfoy. (Drarry) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora