51. Hermione enfrentando sus demonios.(Maratón 2/3)

581 51 5
                                    

Hermione dolida, sin saber a dónde más recurrir ni ir, termino parando en la casa de Charles, quien feliz acepto que ella se quedara unos días con él.

Necesitaba desahogarse, pero no tenía con quien. Quizás pensó más de dos veces hablar con su buen amigo Ron, pero ya no estaba con ella.

¿Por qué Harry había actuado así con ella? Que desconsiderado. Ella solo había estado para él, lo cuido todo este tiempo ¿y el que hizo? Botarla, hacerla a un lado.

Pero que amigo se mandaba ella.

-Quédate todo el tiempo que gustes, no tengo lio.-Hermione sonrió falsamente, él nunca tendría lio, se veía lo bobo que estaba por ella.

-Gracias.-murmuro.

Acomodo sus cosas en la habitación de huéspedes, y entre tantas cosas encontró una botella de Whiskey de fuego, feliz y herida, decidió que era momento de empezarla.

Charles no la incomodo ni fue a buscarla, salió por asuntos de trabajo como siempre, dejando así la casa completamente sola para ella.

Se sentía demasiado sola.

Luego de la mitad de la botella, comenzó a pensar en cosas que no debía, o más bien, no quería.

En aquel moreno alto que la defendió, que claramente, había sido por su maldición.

¿Por qué ella no tenía un hombre para que la hiciera feliz y la consintiera? ¿Y porque se sentía así de mal? ¿Desde cuándo ella necesitaba de un hombre?

El licor le estaba afectando más de la cuenta.

Pero a veces necesitamos estar algo ebrios para ver la verdad ante nuestros ojos.

Recordó aquellos besos, besos robados, fugados de sus labios... quería sentirlos otra vez.

El problema era, ¿cómo?

-¿En verdad lo estás pensando Hermione?-se regañó ella misma.

Luego de tomarse toda la botella, le dio la valentía suficiente para crear su plan de ir a verlo.

Sabía que estaba mal, que no debía ser así, pero... ¿Qué podía hacer? Su corazón gritaba ve por él.

Y ella solo escuchaba a su corazón cuando no estaba lo suficiente bien para entender las ordenes de peligro que emanaba su cerebro.

Solo tenía que pasar por todos los aurores de azkaban, el resto sería pan comido.

***

¿Cómo? ¿Qué? ¿Cuándo?

Ella no sabía, la cosa era que había hechizado a unos cuantos aurores para que la dejaran subir a verlo.

¿Qué si ya había llegado?

Si, estaba a menos de centímetros de su puerta.

¿Tenía nervios?

Demasiados, hasta podría decir que gracias a ellos ya no se sentía tan ebria.

¿Abriría la puerta?

Claro que sí, necesitaba hacerlo.

Y así fue.

Detrás De Ti, Malfoy. (Drarry) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora