Capítulo seis - Bienvenido a la Ciudad

1 0 0
                                    

Londres recibía con su increíble belleza a Shiro horas después del viaje. Aunque los edificios no eran tan grandes como se los imaginaba, si eran de notable lujo y belleza.

Cuando por fin comenzaron a recorrer el interior de la ciudad, aquel apodo del paraíso que se le había dado cobraba cada vez más sentido. Era casi asfixiante la cantidad de guardias que se topaban allí con solo dar unos pasos.

Lo que verdaderamente sorprendió al alvino fue ver esa expresión de felicidad en las personas que circulaban a su alrededor. Como si nada de aquello que atormentaba al joven existiera, todos estos parecían vivir una vida normal y tranquila.

No mucho tiempo después llegaron a un pequeño edificio, de apenas tres pisos; con un frente lleno de pequeñas flores. La puerta frente a ellos se abrió casi a la par que un fuerte trueno retumbó en las nubes. Gabriel bajó un par de maletas y dijo "el resto está dentro" esperando a que su compañero también bajara.

Una mujer esperaba en la puerta, quien los observaba con enorme sonrisa. Tras unos pequeños segundos de reflexión Shiro se bajó del auto;

—¿Tú no pasarás? — preguntó el joven.

—Tengo cosas que hacer en la ciudad. Aún hay muchas personas que necesitan de mí allí afuera — dijo soltando una pequeña sonrisa.

—¿Nos volveremos a ver, verdad? — cuestionó con algo de tristeza el alvino.

Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer poco a poco mientras la escena continuaba.

—Quien sabe. No tengo intenciones de irme de esta ciudad aún, hay muchas cosas que quiero hacer por aquí antes de tomarme mis largas vacaciones — respondió Gabriel observando el cielo y volviendo lentamente a su auto.

—¡Pero que inoportuna es esta lluvia! — gritó desde el interior del lugar la llamativa mujer que los había recibido—. ¡Entren! ¡Se mojaran si se quedan ahí afuera!

—Vamos, no hagas esperar a la dama, Shiro — dijo el rubio subiéndose ya a su vehículo.

—Estaré aquí si me necesitas, no dudes en llamarme ¿entendido? —gritó Shiro.

Tras ello, la lluvia finalmente se hizo presente en su máximo esplendor. Gabriel observó por última vez al joven, dándole un pequeño saludo al estilo militar desde la ventanilla. Sabiendo que quizás esa sería la última vez que lo vería; pero aquello no era algo que le preocupara del todo. Al fin y al cabo él era alguien que jugaba con el bando ganador.

La pequeña despedida había conmocionado un poco al joven, pero no se sentía del todo mal. Una extraña sensación de seguridad y alegría colmó su cuerpo al escuchar la puerta cerrarse. El sonido de la lluvia fuera, el calor hogareño en la entrada y el silencio puro lo colocaron por primera vez en un hogar.

Desde la entrada se podía ver que el primer piso no era más que una enorme sala común; con dos habitaciones enormes separadas por un ascensor al medio. La mujer amablemente enseño al pequeño a usar el ascensor y lo guió hasta su habitación, lugar donde sin mucha charla el joven entró para luego dirigirse directo a la cama.

La lluvia no cesaba en la ciudad. Pero a alguien no parecía importarle. Una figura delgada y femenina se posaba en la cima de un edificio. El viento azotaba con fuerza las ventanas de allí.

No pasaron ni diez segundos y ésta saltó delicadamente hacia el vacío. Una caída que podría matar a cualquier humano, pero que a ella no parecía que fuese a afectar. Y así fue; cayó sobre una calle en la que no más de cuatro personas se encontraban caminando. Tal fue el impacto de aquella escena que ninguno reaccionó al momento de verla.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 07, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hybrid KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora