Sueños extraviados [parte 2]

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Con un extraño sentimiento de preocupación decidí regresar al patio del Instituto con la esperanza de encontrar al menos un indicio de donde pude haber dejado a esa pequeña semilla oscura y redonda, miré hacia la pared enfrentada a las columnas de los pasillos. Pude sentir como mis ojos se abrían al notar quello que se mostraba ante mí; una enorme enredadera abrazaba a la pared de enfrente, entrelazaba sus grandes raices formando una extraña escalera natural. Me percaté de que una de sus raices llegaba hasta la base de las ventanas de donde estaba la sala de profesores y allí se dividía, entrando por una de ellas y evitando que esta cerrara.
Un profesor llamó mi atención y preguntó que era lo que estaba mirando, contesté casi sin aliento e intenté que el profesor me creyera que sólo había estado buscando algo que pensaba se me habia quedado en el patio... ¿Es que acaso no puede ver lo que estaba en frente de nosotros?
El hombre me acompañó hasta la salida despidiendose de mi con un adiós y moviendo su mano mientras le regalaba una sonrisa que fue suplantada por una expresión de extrañes y confusión.

***
Antes de llagar a casa unos brazos rodearon mis hombros haciendo que me sobresalte. Se me erizó la piel y automaticamente me planté antes de tocar el pavimento.
Al girar,noté un rostro juvenil muy peculiar,luciendo su gran lunar bajo una dulce sonrisa traviesa. Era PD quien me abrazaba,me alegré internamente que era él y no la pelirroja.

Nos dirigimos a ese sucio callejón de nuevo mientras le contaba sobre lo que había pasado, él hacia bromas sobre por qué no soñaba con helado, comida o dinero y lo traía al mundo real -Claro que eso sería mucho más práctico y útil que una planta.- me decia mientras sonreía. La verdad es que no habia pensado en que podia hacer eso,mucho menos pensé que sería posible trasladar algo imaginario a "nuestro mundo".
Llegamos a las puertas antiguas que antes había visto con la pelirroja , sólo que esta vez fue PD quien repasó los símbolos. Me explicó sobre el objeto que utilizaba para hacerlo, describiendolo como un objeto de mucho valor sentimental para él. Se trataba de una pequeña espadilla de acero brillante que fue regalada por su hermano hace mucho tiempo, con una punta que lucía bastante afilada, el mango plateado de aquella espada tenía grabado algún que otro símbolo e iniciales de color celeste y dorado, se veía muy bonita, tenía en claro que debían sumergir el objeto en algún material para trazar símbolos funcionales, pero al parecer no era necesario hacerlo cuando se trataba de repasarlos.
Lo primero que vimos al entrar al lugar fue a un Todd sumido en un profundo sueño.
- ¿Qué es eso?- pregunté al notar que tenía algo entre sus manos.
- Eso,es sólo un viejo libro que encontré esta mañana- la respuesta vino de PD, quien ya se encontraba sentado en un pequeño banco al lado de Todd.- parece que el viejo se cansó de leer y se quedó dormido.- lo último lo dijo entrecerrando los ojos mientras miraba al hombre.
Traté de decifrar el nombre de ese libro, pero me sorprendí al notar lo que decía en el título situado en la tapa de este, me apresuré a sacarlo de las manos del anciano para observarlo mejor, me importó poco si el anciano se molestaba o no, necesitaba asegurarme de lo que acaba de leer.
Puedo asegurar que me quedé pálida al leer con claridad el nombre de aquel triste y añejado cuaderno.

El Dibujante De Los Sueños (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora