¿Que deseas?

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Ibamos en silencio en el auto, con música Rap de fondo. Sof y Alex venían en el auto de ella, siguiendonos... No tenía ni idea a donde nos dirigiamos. Haru se veía tranquilo, fumando un cigarro mientras cantaba la canción, sus labios se movian al igual que sus manos al ritmo. Bajé el volumen, él me miro sonriendo y después saco humo.
—¿Que fue lo que paso con el video? -pregunté curiosa, me preocupaba ver mis senos en todas las redes sociales-
—no te preocupes -apaga el cigarro en un cenicero que tiene su auto y después me mira- todos lo borraron
—¿que fue lo que hiciste?
—tengo mi truco bajo la manga
—¿amenazas?
—algo así -odiaba cuando se ponía de misrerioso- tú no te preocupes, solo disfruta
—¿después de tal humillación? -reí sarcástica-
—te dije que algo estaba mal y no me hiciste caso -sonreía divertido- mereces un castigo, niña mala -era la primera vez que lo escuchaba hablar en Japonés- sé que esta fuera de lugar este comentario... Pero al menos tus senos son lindos
—¡HARU!.

Llegamos a un hotel. Era muy grande y lujoso. Nos recibió una rubia, nos miraba algo extraño, el Rubio y yo mojados, él sin playera, ya que aún llevaba su Hoddie, Sofía en traje de baño, y el asiático tatuado. Al ver a Haruka se sonroja y muerde sus labios. El asiático pidió la terraza, pagó con tarjeta de crédito y subimos al último piso. Salimos por una puerta que indicaba la salida, y vimos el paraíso. Estabamos al aire libre, se veía toda la ciudad en una hermosa puesta de sol, las luces de la ciudad no tardaban en ser encendidas. El suelo de madera obscura, unas gradas adornadas con luces blancas y otras mas colgaban en nuestras cabezas. Y una gran piscina en medio. Los tres miramos a Nanase sonriendo para después correr a la piscina y aventarnos.

Debo decir que después de lo mal que iba mi día, todo se fué componiendo, cómo mi primer día de clases, y Haru fué el que los mejoró las dos ocaciones.
Haruka nadaba conmigo, yo no sabía así que él me enseñaba a flotar, ponía sus manos en mi espalda mientras yo boca-arriba miraba el cielo estrellado que aún estaba algo rosa por el atardecer, era muy tranquilizador, pero Sofía y Alex no tardaron en aventarnos agua para comenzar una guerra, y jugamos a ver quién aguantaba más la respiración bajo el agua, el perdedor tenía que darse un shot.
Ya se había escondido el sol por completo, la ciudad brillaba y me sentia muy felíz.
—¿Me dirás? -el asiático y yo estábamos sentados en las gradas admirado el paisaje, ya nos habíamos cansado de nadar, el clima estaba agradable. Sof y Alex aún jugaban en la piscina y comían de la pizza que Haru pidió para todos, no medía a la hora de gastar, aparte de comida pidió mas alcohol-
—¿sigues con eso? -ríe mientras se empina la botella y yo le muerdo a la pizza Hawaiana-
—sólo quiero saber, te acabas de exponer ante todos, por mí, van a saber que tú y yo somos... ¿Amigos? -comencé a reír, el acohol corría por mis venas, por eso el asiático me puso a comer-
—no realmente
—te odio -digo sonriendo-
—¿por qué?
—eres jodidamente misterioso, realmente no sé quien eres... -lo miro- ¿quien eres?
—yo creo que entre menos sepas de las personas, mejor
—todos tenemos pasado y secretos, nosotros decidimos a quien decircelos -vuelvo a mirar hacia el frente, las risas de mis amigos sonaban de fondo junto con los chapoteos del agua. Haru enciende un cigarrillo, él no tenía traje de baño, estaba en sus bóxers, claro que cuando se desnudó frente a las dos casí nos desmayamos, hasta Alex se sonrojo, pero ver como se quitaba prenda por prenda, toda negra, hasta quedar en bóxers del mismo color, y ese abdomen marcado con algunos tatuajes, era lo más excitante del mundo.
Me acerco a él, tomo su cigarro y comienzo a fumar, se queda impresionado- ¿qué? -pregunto sonriendo-
—eres muy diferente a lo que pensaba -me lo quita para fumar él-
—¿y qué es lo que peniensas de mi? -me mira fijamente, tanto que me sonrojo-
—eres muy...
-rara, eso me lo has dicho muchas veces, profundiza un poco
—pensé que eras callada, tímida, amable... -me devuelve el cigarro-
—soy amable -me quejo-
—si, por eso te peleas con la porrista siempre
—ser amable no implica dejarte de las personas que te insultan... sigue
—pero te peleas, maldices, bebes -en ese momento estaba tomando de la botella que casi la derramo de la risa- y ahora fumas
—lo hago cuando bebo o cuando estoy muy estresada...  Pensabas que era como esas chicas de películas románticas o como las protagonistas de libros cursis adolescentes, ¿te digo algo?, yo tuve una vida antes de venir aquí, no era popular, pero tenía amigos en toda la escuela, todos nos conocíamos, ibamos a fiestas, bebiamos, fumabamos, hasta probamos drogas -hago una seña con mis manos, como si estuviera agarrando un porro, y después tapo una fosa nasal- ¡odio la escuela! Odio las materias, los profesores, los alumnos, no tengo muy buenas calificaciones, y de seguro también pensabas que era virgen -me acerco demasiado a él- lamento romperte el corazón, pero no lo soy, hace un año, con un chico de una fiesta y después otros... -me miraba divertido- no me digas que tú...
—no, yo también he probado drogas, no soy virgen, pero si me gusta la escuela, soy el más alto en promedio de mi clase
—¡quien lo diría! Harua Nase
—Haruka Nanase -me corrige y comenzamos a reír, después me mira fijamente de nuevo, él también no estaba nu un poco ebrio, cómo Alex y yo, Sofía no bebió casi nada, ya que ella manejaba- te lo diré
—¿que?
—hace dos años o menos, cuando recién entre aquí, Nikky también era nueva, ella había pedido ingresar a una escuela de Europa muy prestigiada, solo con muy buenos contactos podías entrar, o algo así dijo ella, y para no retrasarse en clases se metió mientras era aceptada, no valía la pena gastar en un colegio privado, ya que en una semana ella se iría. Un fin de semana hicieron una fiesta, no recuerdo de quién, y mis amigos la invitaron. Claro que se me hacía hermosa, pero su personalidad tan prepotente no me gustaba para nada, se creía una Diosa -me río sarcástica-
—mirá quién lo dice, el Dios Asiático de la escuela
—buen punto, pero ya te lo he dicho, no tengo la culpa que así me vean los demás, ella era la que quería que así la vieran los demás... Esa noche bebió demasiado, bailaba y casí se desnuda, todos la grababan y yo la detuve, la llevé a su casa. Al estar ahí comenzó a tratar de besarme y tocarme, yo no quería, estaba demasiado ebria, me dijo que quería hacerlo, le dije que no, ella insistía y yo me negaba, de repente se puso bien, estuvo fingiendo toda la noche que estaba ebria, y me dijo que era virgen, cuando ella misma contaba sus "experiencias" para sorprender a todos y todas, aún así me negué, lloro, pero no cedí, hasta me ofreció dinero, pero le pedí que se bajara de mi auto, se fue enojada, me mando mensajes y audios toda la noche, unos aún enojada por haberla rechazado y otros volviendome a pedir el "favor". Al día siguiente le contó a toda la escuela que lo hizo conmigo, me converti en su chico, yo no negué nada, no quería dejarla en ridículo, ella al ver ese acto de mi parte, se enamoró o algo así, decidió quedarse y hasta la fecha sigue insistiendo...
—¿le prometiste que lo harías con ella si borraba el, video? -comencé a sentirme celosa-
—no, aún tengo los audios y las conversaciones, le dije que si no hacía que todos borrarán el video, subiría todo
—¿y no te pregunto por que?
—si, le dije que fue cruel lo que hizo -por alguna razón comencé a sentirme algo triste- ¿que pasa?
—nada -sonreí, no quería decirle que me duele que me siga ocultando, al fin y al cabo no somos nada y me ayudo. Nos quedamos en silencio un poco más, él me miraba y yo mordía mis labios, sentía que mi corazón se iba a salir por mi boca- ¿que? -me atreví a preguntar-
—eres hermosa -se acerca a mi, mi corazón latio más rápido, ¡me iba a besar! Pero Alexánder comenzó a vomitar-
—¡Necesito ayuda por acá! -grita Sof, Haru se levanta y va al rescate y yo aún en shock-.

Alex estaba bien, ya había vomitado todo el alcohol, ahora sólo tenía sueño, Sofía lo llevó a su casa, y Haru me llevaría a la mía, pero agarramos una ruta diferente, cuándo menos lo pensé, estabamos en su casa.
—¿Que hacemos aquí?
—no es tan tarde -miré el reloj y tenía razón-
—una de la mañana, pero comenzamos a las seis así que...
—esta bien, pero déjame darte algo
—¿q-que? -comencé a ponerme nerviosa-
—vamos -se bajó de su auto, me abre la puerta y me toma de la mano hasta su casa-
—¿tus padres no te preguntarán que haces tan noche con una chica en bikini? -iba con un suéter de él y con el cabello húmedo-
—hoy es fin de semana -abre la puerta y entramos- ellos se van a un lugar "solitario" Y mi hermanito esta con mis abuelos, tengo casa sola
—¿tienes hermanos?
—uno
—y... Él, emm.. ¿que vamos a hacer? -estaba nerviosa, ¿acaso el hecho de no ser virgen le da el derecho de querer hacerlo conmigo? ¡Claro que no! Pero, es obvio que yo no me negaría, pero no quería verme tan fácil, tenía una guerra interna-
—espera aquí -lo primero que pensé es que iba por los condones, claro, no queremos un pequeño Haru- ¡Feliz cumpleaños! -traía con él un pastel con mi nombre- lo hornee para ti, ¿creias que no te iba a dar un regalo? -no puede evitar sonreír, sus intenciones no eran malas como lo pensé y desee- ¿quieres un poco?, pero ven -me sienta en el comedor y prende una pequeña vela azul con rayas blancas con su encendedor y comienza a cantarme feliz cumpleaños en su lengua natal.
El pastel era hermoso, con betún blanco, algunas flores hechas con azúcar en color rosa y morado, y mi nombre en rojo, todo cubierto de diamantina plateada comestible. Quería llorar de la felicidad. Haru término de cantar, se acercó a mi- pide un deseo -cerre los ojos y no pedí nada, sólo pensé en él, después los abro y soplo la velita, él se veía tan tierno sonriendo, orgulloso de su creación- ¿que deseas? -susurra, no pude evitarlo, me acerque a él y por fin, uni mis labios con los suyos...

El Chico Asiático 2.5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora