FleurMione VIII

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Capitulo 8: Desenredado

Decir que Fleur estaba enojado era la subestimación del siglo. Estaba lívida, enfurecida mientras se levantaba, dejando gentilmente a Hermione en el suelo al cuidado de Ginny. Pero sobre todo, estaba aterrorizada. Fleur estaba asustada ante la perspectiva de vivir sin su alma gemela, manejando su vida sin Hermione en ella y no era una vida que ella quisiera vivir, así que dejó que su rabia tomara el control.

Fleur no estaba segura de que Hermione estuviera viva, pero ella tenia que asumir que lo estaba porque debía evitar asesinar a Ron al instante. La sangre de su alma gemela todavía manchaba su mano y ella le do una mirada asesina al hombre que se veía un poco menos seguro con una Veela enojada, completamente cambiada, de pie frente a él. Fleur giró el cuello mientras caminaba hacia él de la manera más calmada que pudo y el pelirrojo extendió su varita con una mano temblorosa.

—¡Q-quédate atrás! —gritó cuando comenzó a retroceder, tropezando con sus pies como un niño.

¿Creía honestamente que Fleur lo iba a escuchar? Después de que él atacó a su alma gemela y la hirió mortalmente. Realmente no había ninguna lógica, ¿No pensaba las cosas? ¿Creía que ella solo se quedaría parada ociosa después de haber lastimado tan brutalmente a Hermione?

No, una Veela no era una criatura pasiva, ni tampoco perdonaban cuando se trata de sus almas gemelas. En su pánico, Ron agitó su varita y lanzó una maldición aleatoria que Fleur desvió con su mano. Lo afortunado de su transformación completa era que su magia aumentaba exponencialmente hasta el punto en que una varita era solo una distracción. Ella se estaba volviendo ciega. Todo lo que podía ver era rojo. Ron se tambaleó hacia atrás cuando ella agitó sus alas y el aura alrededor de ella se iluminó.

—Lo juro, Ron Weasley.—habló amenazadoramente mientras avanzaba lentamente hacia él. —Si ella muere. —se inclinó hacia abajo y lo agarró del cuello de la camisa y lo levantó del suelo, mientras él pateaba sus pies y agarraba su mano. Había miedo en sus pálidos ojos azules y Fleur se estaba alimentando de eso. Ella lo quería asustado, necesitaba que él estuviera aterrado de ella, anhelaba que él entendiera la gravedad de sus acciones. Su agarre se apretó cuando lo levantó más y sintió su magia surgir a su alrededor. —Te destrozaré, pieza por pieza, hasta que no quede nada de tu existencia en esta tierra. —

Hubo un ligero pellizco en su brazo izquierdo mientras miraba para ver a Molly con su varita estirada, temblando mientras trataba de incapacitar a la Veela. Fleur extendió su brazo y un pulso de color amarillo brillante abandonó su mano izquierda, derribando a la mujer regordeta.

—¡Fleur, para! —fue Harry, siempre el mediador, pero, ¿Qué tuvo que mediar esta vez? Ron había atacado intencionalmente a Hermione delante de todos. No había marchar atrás ni tratar de calmar las cosas, ya estaba hecho.

El brillo rojo en su dedo era un faro para su ira y para su horror, se estaba oscureciendo. Se estaba desgastando horriblemente, rozando la brisa más suave y le quemaba la piel como si le recordara que Hermione podría estar muerta. El solo pensamiento hizo que se volviera y arrojara a Ron al suelo, un gruñido escapó de sus labios cuando se volvió hacia él.

—¡Fleur!—

—¡Harry, olvídate de ella! —Ginny gritó mientras sostenía su varita sobre la herida de Hermione y un suave brillo naranja era emitido por ella. —¡Necesito tu ayuda! ¡O ven aquí ahora mismo o ve a buscar a Luna! —

Fleur miró hacia atrás a la forma de Hermione, las puntas de su largo y ondulado cabello empapado en sangre mientras su corazón se apretaba y sus brillantes ojos dorados volvían a caer sobre la cabeza roja a sus pies. Retiró la pierna hacia atrás y, con un rápido movimiento, mando a Ron a volar por el aire cuando su pie chocó contra su estómago. Fleur quería que él sufriera como si ella estaba sufriendo. Sus alas se abrieron de par en par antes de batir una vez y se levantó del suelo.

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