Por el resto de la hora estuvimos sentados, sin decir nada, aún rodeándonos con un brazo. No hacían falta palabras para expresarse en ese momento. Pero el tiempo pasaba rápido y la campana que avisaba de la siguiente hora había sonado.
Ya estaba más tranquilo gracias a Francis. Éste ya estaba acostumbrado a mis numerosas crisis y lidiar con otra no era tan difícil. Aunque claro, en este momento el número y la intensidad habían aumentado considerablemente.
Antes de llegar a clase paramos en el baño de hombres, donde vi mi cara, toda roja e hinchada por el lloriqueo, mi pelo negro estaba alborotado como si acabase de "surfear" en un huracán y no mucho mejor estaba mi ropa. Intenté acomodarla como pude, peinarme un poco con los dedos y echarme agua en la cara. No podía evitar parecer un tomate, pero quizás así se pasase antes.
— ¿Una noche alocada, señorito Carlos?—bromeó Francis desde el marco de la puerta del baño.
— Y que lo digas...—suspiré dándole un golpe en la espalda en señal de que ya estaba listo.
Llegamos algo tarde a la clase de inglés, pero la profesora solía tardar bastante por lo que no nos preocupamos. Cada uno se sentó en su respectivo asiento y las clases transcurrieron tranquilas, relativamente. Al menos en clase debía atender y así poder pensar en otra cosa.
Se me pasaron volando las primeras horas de la mañana, más cuando me había saltado la peor de ellas. El receso daba comienzo y con este, el pensar en porqué había faltado...él.
En verdad si lo pensaba un poco no era tan extraño, quizás tuviese miedo de que confesase, pero me había amenazado, así que no debía ser por eso. Ojalá hubiese dimitido, así me libraría de él de una vez por todas.
Me dejé caer en un muro situado al Oeste según mis conocimientos de orientación, junto a mí estaban Francis y Sarah, ésta última parecía querer decirme algo, pues abría y cerraba la boca como un pez buscando oxígeno.
—¿Estás mejor?—Preguntó por fin ella.
—Sí, sí, tranquila, solo fue una crisis— respondí apoyándome el la pared.
—Ok...
Interesante conversación...
El resto de las clases terminaron sin mayor problema. Me iba ya a ir a mi casa cuando veo que Francis me detiene.
—No te olvides lo de mis padres— declaró palmeándome la espalda y adelantándose unos pasos.
—Luego voy a tu casa, ¿sí?
—Perfecto
Y se fue.
Solo fueron unos minutos hasta llegar a mi portal, era una suerte vivir tan cerca. Ni siquiera requería un transporte.
Vivía en un bajo, por lo que no necesitaba usar el ascensor. Con mis llaves abrí la puerta principal, que daba ya un acceso directo al salón, el cual era de concepto abierto, lo que proporcionaba una sensación de amplitud incluso si el piso era bastante pequeño.
La sensación ese día era extraña cuanto menos. Todo estaba demasiado callado, todas las puertas cerradas, no vi ni a mi madre, ni a mi padrastro.
Me asusté un poco por el silencio, pero aquello fue mucho peor...
De pronto, un agudo chillido llegô desde la habitación de estudio, el terror me reconcomía el interior. Era la voz de mi madre. Estaba seguro.
Antes de entrar a la sala agarré un cuchillo —el más grande que encontré— de la cocina, si había alguien al menos podría defenderse.
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☾En el centro del vacío☾ 【Gay┊BL】
AcakCarlos es un chico normal de 15 años, algo débil a decir verdad. Por lo que le suelen molestar, nada que él no pueda sobrellevar... Un día, inesperadamente su profesor le viola y amenaza, poniéndolo en una situación extremadamente dura. ¿Pero esto s...